Retrato robot de los principales sospechosos
Todos ellos parecen ser mundos rocosos, tienen unas dimensiones parecidas a las de la Tierra y reciben una cantidad de calor de sus estrellas comparables a las que disfrutamos nostros. Estos factores se miden con el ESI –siglas en inglés del índice de similitud con la Tierra–, elaborado por el catálogo de exoplanetas habitables de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. Todos serán estudiados a fondo durante las próximas décadas para analizar sus atmósferas y averiguar si efectivamente allí puede proliferar la vida. La pega está en que ninguno es un gemelo de nuestro mundo, porque orbitan estrellas enanas rojas, muy diferentes al Sol. Estos son los más importantes:
Gliese 667 Cc
Descubierto en 2009 con el método de la velocidad radial –que capta el ca
beceo de una estrella a causa del tirón de su exoplaneta–, se trata de una supertierra casi cuatro veces más masiva que nuestro planeta. De lo que no se sabe mucho es sobre su auténtico aspecto, a falta de conocer cómo es la atmósfera que lo envuelve. Formaría parte de un sistema triple, junto a Gliese 667 Cf y Gliese 667 Ce, si bien estos dos últimos no son todavía exoplanetas plenamente confirmados.
LHS 1140 b
En las profundidades del espacio, a 41 años luz, hay un exoplaneta rocoso –posiblemente rico en hierro– dos veces más denso que nuestro planeta y con el triple de gravedad. Situado cerca de su estrella, una enana roja pequeña, tarda veinticuatro días en recorrer una órbita completa. El resultado es que solo recibe el 41 % de la energía de la que el Sol hace llegar a la Tierra, lo que explica su bajo ESI. Como fue detectado a través de los métodos de la velocidad radial y los tránsitos, es uno de los pocos mundos con medidas claras de su masa y radio.
TRAPPIST-1e
En 2016, el equipo del astrónomo Michaël Gillon hizo público el hallazgo de un sistema planetario en la estrella TRAPPIST-1, una enana roja ultrafría del tamaño de Júpiter. Dependiendo del criterio escogido, tres o cuatro de sus siete exomundos están en la zona de habitabilidad, aunque todos se hallan más cerca de su estrella que Mercurio del Sol. Gillon explica que su equipo está trabajando en detectar más sistemas como TRAPPIST-1. Aparte del “e”, el telescopio espacial James Webb, el sucesor del Hubble, también estudiará las atmósferas de TRAPPIST-1d, TRAPPIST-1f y TRAPPIST-1g.
Próxima Centauri b
En la estrella más cercana al Sol está Próxima Centauri b, descubierto en 2016 por el astrofísico español Guillem Anglada-Escudé mediante velocidad radial. Como no se ha podido observar también con tránsitos, su existencia no es tan segura como la de otros exoplanetas. Sí se sabe que su estrella sufre erupciones cien veces más intensas que las del Sol, un obstáculo para conservar una atmósfera. “Quizá el contenido en agua sea mucho más alto que en la Tierra, lo que ralentizaría la erosión de dicha atmósfera”, confía Anglada-Escudé.
Ross128 b
Descubierto en 2017 por el método de la velocidad radial, el segundo exoplaneta potencialmente habitable más cercano orbita a la enana roja Ross 128. Se considera que está en el borde caliente de la zona de habitabilidad de su estrella, ya que recibe un 38 % más de energía de su sol que la Tierra. Esto disminuiría la probabilidad de que pueda tener agua líquida en superficie, pero hay factores, como la presencia de una densa cobertura de nubes, que amortiguarían el efecto de evaporación.