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En Occidente, la realidad virtual (RV) tiene más prensa que otra cosa –de momento–, pero en China es una fiebre nacional. Las
start-ups centradas en esta tecnología nacen y mueren en un entorno de competitividad desatada, hay espacios para juegos y ocio de RV en decenas de ciudades –incluidos unos cuantos parques temáticos–, se invierte mucho dinero privado y el Estado la considera estratégica a corto plazo para su economía.
CUATRO PISOS PARA DISFRUTAR.
La ciudad de Nanchang, en el sudeste del país, es uno de los puntos calientes de esta floreciente industria en China. Allí acaba de celebrarse una conferencia que ha reunido a un millar de empresas de todo el mundo dedicadas a esta tecnología, y allí se alza un edificio que dedica sus cuatro plantas a albergar un parque temático con variadas atracciones de RV. Entrar en él es sumergirse en otro mundo, repleto de experiencias divertidas e instructivas: pilotar coches de carreras, visitar países lejanos, jugar y aprender...
Ya es una de las grandes atracciones turísticas de una ciudad que se está convirtiendo en un Silicon Valley asiático de la realidad virtual. Más de sesenta compañías – start
ups, pero también gigantes como HTC y Lenovo– que trabajan en este campo tienen oficinas allí.