Las empresas que lideran el mercado emergente de la comida eco-friendly
Es una empresa fundada en San Francisco por el bioquímico de Stanford Pat Brown que se ha volcado preferentemente en la hamburguesa vegetal. Está hecha a partir de proteínas de plantas, pero sabe a carne gracias a la hemoglobina de soja que le añaden. Esta pieza ya se puede degustar en varios restaurantes de Estados Unidos.
SUPERMEAT (ISRAEL)
Un puñado de células madre de pollo, una placa de Petri y tenemos carne de esa ave de corral lista para comer sin necesidad de sacrificar a un solo animal. Eso es lo que se han propuesto conseguir para 2021 en esta compañía con sede en Tel Aviv. Calculan que su pollo de laboratorio permitirá ahorrar un 99 % de terreno, reducirá en un 96 % la emisión de gases de efecto invernadero y necesitará un 96 % menos de agua que la industria cárnica tradicional.
JUST (EE. UU.)
Inicialmente llamada Hampton Creek y afincada en San Francisco, es una de las compañías más ambiciosas en el reto de conseguir carne de laboratorio. Por un lado, tratan de emular la carne de pollo para producir nuggets sin recurrir a animales. También pretenden fabricar fua de pato in vitro, algo más viable ya que es más sencillo hacer crecer células de hígado que el músculo de la carne.
MEMPHIS MEATS (EE. UU.)
Hamburguesas y albóndigas sintéticas es la doble apuesta de esta empresa californiana creada por el cardiólogo Uma Valeti y los biotecnólogos Nicholas Genovese y Will Clem.
FINLESS FOODS (EE. UU.)
Llevar a la mesa pescado sostenible y delicioso sin tener que recurrir a la pesca ni a la acuicultura es el objetivo de esta empresa emergente californiana. En sus laboratorios trabajan para crear filetes de atún in vitro que conserven el valor nutricional del pez real.
ALEPH FARMS (ISRAEL)
Es una empresa israelí que anunció el pasado diciembre la producción de un filete de ternera a partir de células de vacas vivas. Según sus inventores, tiene la misma apariencia, olor y textura que un verdadero bistec. Para lograrlo emplearon una tecnología en 3D que consiguió hacer crecer el tejido completo (músculo, grasa, vasos sanguíneos) con un coste de 50 dólares.
MOSA MEAT (HOLANDA)
Desde Maastricht, la compañía se dedica a perfeccionar el proceso que usó Mark Post para cultivar la hamburguesa in vitro pionera con el fin de poder comercializarla a un precio asequible.