CARTA DE UN LECTOR CONTRA EL CO2
En relación con el artículo principal del número 458, Guerra al CO2, como ingeniero industrial y consultor en sostenibilidad he echado en falta alguna información referente a la evolución de España en relación con las emisiones de CO2 en el contexto europeo o mundial.
En el informe La energía de la Unión Europea en cifras (2018) se puede comprobar que no estamos haciendo bien las cosas. En cuanto a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero desde 1990, somos los penúltimos. Eso, a pesar de tener instalada, en 2016, más potencia en renovables que otros países similares, siendo además el único con centrales termosolares y el tercero de Europa en porcentaje de generación a partir de renovables. Y en otros países europeos hace mucho más frío y se requiere más energía por metro cuadrado en viviendas y edificios en general que en España.
Según datos de Eurostat, en 2017, con respecto a 1990, fuimos el país europeo cuyas emisiones más se han incrementado, solo superados por Turquía, Chipre, Islandia y Portugal. ¿A qué se debe esto?
En mi opinión, las razones son el aumento del nivel de vida –más equipos de aire acondicionado y calderas individuales, y mayor gasto energético por persona y año–, la climatología –más extrema–, nuestra política de transportes –con poca presencia de transporte de mercancías/personas por ferrocarril comparándola con Europa–, nuestra configuración de isla energética con pocos intercambios –que hace que cada vez emitamos más y no podamos importar energía producida con menos emisiones de nuestro entorno–...
Deberíamos aumentar y mejorar la red de transporte por ferrocarril, apostar decididamente por la energía eólica offshore y por la fotovoltaica, así como por la energía termosolar con acumulación, la electrificación del sector transporte, los vehículos compartidos y, por qué no, la energía de las olas.