EOS: UN BIORREACTOR DE ALGAS CONTRA EL CO2
El dióxido de carbono o CO2 es el archivillano climático. Desde el comienzo de la Revolución Industrial lo hemos emitido en tal cantidad a la atmósfera –sobre todo en el último siglo– que es el gas de efecto invernadero con más influencia en el calentamiento global y la acidificación de los océanos. Los expertos climáticos de la ONU claman por limitar sus emisiones, con poco éxito. Y mientras, investigadores de los sectores público y privado buscan tecnologías que reduzcan su proporción en la atmósfera, para paliar el daño al planeta.
La empresa estadounidense Hypergiant Industries tiene algo que decir al respecto: ha desarrollado el biorreactor EOS, una máquina de algo más de dos metros de alto pensada para su instalación en entornos urbanos e interiores. Esta captura el dióxido de carbono del aire que entra en su interior –luego sale limpio– y lo utiliza para producir biocombustibles que, a su vez, permiten reducir la huella de carbono. Un verdadero círculo virtuoso.
¿QUÉ ES LO QUE HACE? Este dispositivo aprovecha la capacidad fotosintética de las algas. Para vivir, estos organismos necesitan dióxido de carbono, luz y agua –los elementos implicados en este proceso–. Por eso son eficientes captadoras de CO2. El aire entra en el biorreactor en las condiciones más favorables para las algas que contiene, que además reciben una iluminación artificial óptima. A medida que consumen CO2, producen biomasa, que puede emplearse para crear combustibles, fertilizantes, nutrientes, plásticos biodegradables... Todo está controlado por software de inteligencia artificial, que monitoriza el estado de las algas y regula el proceso en función de este.