No apta para millonarios
La amabilidad no es una buena cualidad para medrar profesionalmente. Los hombres compasivos ganan un 18 % menos que sus compañeros más antipáticos; en el caso de las mujeres amables, el sueldo era un 5 % menor que el de sus congéneres menos agradables. Es una de las conclusiones de un estudio de la Universidad de Notre Dame (EE. UU.) publicado en 2011 en el Journal of Personality and Social Psychology.
En este mismo medio vio la luz un experimento llevado a cabo por investigadores de la Columbia Business School (EE. UU.) y el University College de Londres (Reino Unido) que halló que las personas particularmente amables sufrían un 50 % más de riesgo de caer en números rojos. En general, tenían más deudas y menos ahorros. “Esta relación parece motivada porque se preocupan menos por el dinero y, por tanto, corren más peligro de no gestionarlo bien”, explica Joe Gladstone, uno de los firmantes del estudio.
Algo parecido confirma otro trabajo recogido en Personnel
Psychology, realizado por la Universidad de Iowa (EE. UU.). Si te cuesta negarte cuando te piden un favor, si priorizas la solidaridad con tus compañeros de trabajo, es probable que peques de sacrificar tu propio éxito en aras de los demás. Y ascenderás en tu profesión menos que tus colegas más competitivos o quienes actúan estratégicamente pensando en su propio beneficio. Tendrás más amigos y serás valioso en el servicio de atención al cliente o para trabajar en equipo, pero no será fácil que llegues a dirigir la empresa.
Por el contrario, varias investigaciones relacionan rasgos psicológicos catalogados como narcisismo, psicopatía y maquiavelismo con ingresos más altos y puestos directivos.