TERAPIA PERRUNA EN HOSPITALES
EL OBJETIVO PRINCIPAL DE ESTA INTERACCIÓN CON LOS ANIMALES ES MINIMIZAR EL IMPACTO EMOCIONAL QUE SUPONE EL INGRESO DE LOS NIÑOS EN LAS UNIDADES DE ONCOLOGÍA INFANTIL.
En 2016 la Fundación Aladina, que tiene como objetivo prestar apoyo a niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias, puso en marcha un programa de terapia con perros para ayudar a los pequeños en el proceso de adaptación a la enfermedad y reducir los niveles de estrés por la hospitalización. En colaboración con la asociación Perros Azules, han implantado este proyecto en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y en el Virgen del Rocío del Sevilla, y esperan poder llevarlo a más centros.
Las visitas de estos animales rompen la monotonía del ingreso, y contribuyen a crear emociones positivas durante este difícil periodo. Los resultados no solo se aprecian en los propios menores, cuyo estado anímico sufre una notable mejoría al interactuar con los perros, sino también en los familiares que los acompañan.
En cuanto a las edades de los pacientes, por ejemplo en Madrid “oscilan desde los cuatro años hasta los dieciocho, y en algún caso los veinte”, informan a MUY desde la Fundación Aladina. Los grupos están compuestos de seis a ocho menores como máximo y las sesiones duran en torno a una hora a la semana. El personal de Perros Azules para uno de estos grupos está compuesto por un experto en Intervenciones
Asistidas con Animales (IAA), dos técnicos en IAA y dos animales de terapia acreditados para trabajar en un entorno hospitalario.
Aunque con motivo de la pandemia de COVID-19 se suspendieron de forma temporal estas actividades presenciales, se continuó con ellas vía Skype.
Otro hospital que lleva a cabo terapias con perros es La Fe, de Valencia. Su proyecto, Can de la Mano, permite a los niños ingresados adoptar temporalmente a la mascota de alguno de los trabajadores del centro. Los animales deben recibir adiestramiento de un experto de manera previa y cumplir los protocolos sanitarios necesarios.