Nacidos para comerse el mundo
DESDE LA LACTANCIA AL DESTETE, LA DIETA DE PERROS Y GATOS DURANTE SUS PRIMEROS MESES DE VIDA ES FUNDAMENTAL PARA QUE CREZCAN SANOS.
Cuando un cachorro, ya sea de gato o de perro, llega a un entorno familiar, al dueño empiezan a asaltarle dudas acerca de qué alimentos son los más apropiados para el animal; y en ocasiones se comete el error de antropomorfizar su dieta, ya que se piensa que lo que es bueno para el ser humano también lo es para la mascota. No es así, y puede llegar a acarrearle importantes problemas de salud.
De hecho, la dieta debe ir variando según el periodo de crecimiento en el que se encuentre el cachorro. Los recién nacidos deben ser alimentados y cuidados por su madre, ya que se trata de uno de los momentos clave para el futuro desarrollo físico y mental del animal. El primer alimento es el calostro, secreción de la glándula mamaria que producen perras y gatas durante los primeros dos días tras el parto y que, según diversas investigaciones científicas –como una llevada a cabo por científicos de la Universidad de Toulouse (Francia)–, no solo es una fuente importante de nutrientes e inmunoglobulinas –glicoproteínas que actúan como anticuerpos–, sino que además contribuye a la maduración del tracto digestivo.
Una vez finalizada la ingesta del calostro, la dieta del cachorro se basará en la leche producida por su madre, y será de mejor calidad si esta sigue una buena alimentación. Eso no significa que tenga que comer mucho más, pero el dueño debe tener en cuenta que el gasto energético del animal es mayor ahora y que la mejor dieta para la mascota es la que le viene bien al cachorro; por esa razón, existen en el mercado piensos específicos para hembras lactantes.
CUANDO LOS CACHORROS DE GATO Y DE PERRO TIENEN EN TORNO A UN MES DE EDAD,
comienzan a mostrar interés por la comida que ingiere su progenitora: la lamen, juegan con ella y algunos incluso consiguen ingerir algún grano de pienso, lo que le indica a su dueño que se acerca el momento de ir introduciendo este alimento en su dieta. Esa fase del destete se produce entre las cuatro y las ocho semanas de edad. En el momento en que el cachorro se interese por el pienso, hay que poner a su alcance este tipo de alimento, pero específico para su edad, y humedecerlo con leche especial para cachorro o con agua y hacerlo papilla, de manera que le resulte más fácil ingerirlo. Según se vaya incrementando la cantidad de pienso que toma, irá disminuyendo el consumo de leche, y eso provocará en la progenitora la retirada de esta secreción nutritiva. Cuando le suceda eso a la hembra, su dieta volverá a ser la normal.
En cuanto al tipo de pienso y la cantidad de comida que debe suministrársele al cachorro, el dueño debería dejarse asesorar por un veterinario, que hará sus recomendaciones en función de la edad, el estado de salud y la actividad que desarrolle el perro o el gato. La dosis de alimento irá modificándose con el paso del tiempo, según se vaya desarrollando el animal. En los sacos de pienso, el fabricante informa, a través de una tabla, de las dosis aproximadas que debe recibir la mascota según el peso, la edad, el número de raciones diarias, etc.,
aunque siempre se debería hacer bajo la supervisión de un especialista.
LAS DISTINTAS EMPRESAS DE ALIMENTACIÓN DE PERROS Y GATOS
–Royal Canin, Hill’s, Purina…– están de acuerdo en que los felinos deben tener alimento a su disposición durante todo el día, ya que su estómago solo tolera pequeñas cantidades de comida, salvo contadas excepciones. El de los perros, en cambio, tiene una gran capacidad de dilatación y está adaptado para albergar grandes cantidades de alimento, según se explica en el Libro de Waltham sobre nutrición esencial de gatos y perros, editado por el profesor Dominique Grandjean y el doctor Richard Butterwick, por lo que el dueño deberá repartir las dosis diarias de pienso en distintas tomas; así la digestión será menos pesada y el animal asimilará mejor los nutrientes.
¿Hasta cuándo hay que darle a un animal la alimentación de cachorro?
En el caso de los perros, ese periodo dependerá del tamaño que vaya a tener una vez alcance su talla máxima. De esta forma, una raza que de adulta sea pequeña –como los chihuahua, Yorkshire o lulú de Pomerania– deberá tomar una dieta de cachorro hasta los diez o doce meses de edad, mientras que un animal cuyo tamaño final sea grande o gigante –mastín, dogo alemán, san bernardo…– lo hará hasta los dieciocho o veinticuatro meses.
Según el libro de Grandjean y Butterwick, a la hora de plantearse qué pienso hay que suministrar al animal, el dueño ha de tener presente que una alimentación elaborada, equilibrada y completa durante la fase de crecimiento de perros y gatos le garantiza que su mascota está recibiendo todos los requisitos nutricionales que necesita. Además, si la alimentación es de buena calidad, evitaremos tener que darle suplementos nutricionales.