SIN ABUSAR: NI DEL ALIMENTO NI DEL EJERCICIO
Al igual que ocurre con los bebés, resulta tan perjudicial sobrealimentar a un cachorro como quedarse corto. Una deficiencia o carencia de algún nutriente esencial puede dar lugar a serias alteraciones durante el desarrollo, y en algunos casos son irrecuperables.
De igual modo, un exceso en la cantidad de alimento que se le suministra puede dar lugar no solo a alteraciones patológicas, sino también morfológicas. Cuando un cachorro de gato o perro se cría obeso, no solo se le está predisponiendo a serlo también de adulto: se está poniendo en riesgo su estructura músculo-esquelética, ya que no está lo suficientemente fortalecida como para soportar un exceso de peso.
Según un estudio llevado a cabo el año pasado por investigadores de la Universidad de Hartpury (Inglaterra), liderado por la especialista Georgia Lewis, los perros que, cuando son cachorros, reciben un exceso de comida durante este periodo de su vida y además se los somete a demasiado ejercicio, se enfrentan a problemas serios de salud en su edad adulta. Entre las posibles consecuencias que se señalan en este trabajo se encuentran la obesidad, un retraso en el crecimiento y sufrir osteoartritis.
Asimismo, Lewis destaca que los dueños deberían evitar que el cachorro se mueva sobre superficies deslizantes, así como subir y bajar escaleras, y señala que los juegos con niños o animales adultos deberían estar supervisados en todo momento, de forma que se eviten lesiones articulares y en las extremidades que podrían tener serias consecuencias en un futuro.