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- POR SANDRA PULIDO

LOS PACIENTES CON ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIV­A CRÓNICA (EPOC) PARECEN TENER MENOS POSIBILIDA­DES QUE EL RESTO DE SER INFECTADOS POR EL SARS-CoV-2, PERO ESTE MICROORGAN­ISMO RESULTA ESPECIALME­NTE PELIGROSO PARA ELLOS.

Los resultados de los primeros estudios y lo observado en los últimos meses en los hospitales españoles indican que los pacientes aquejados de enfermedad pulmonar obstructiv­a crónica (EPOC) corren un riesgo de ser infectados por el coronaviru­s SARS-CoV-2 similar al de la población general. Sin embargo, los que llegan a ingresar en los hospitales a causa de COVID-19, la enfermedad que causa este microorgan­ismo, tienen peor pronóstico que la media.

Las investigac­iones confirman que en los casos más graves, el coronaviru­s desencaden­a en el organismo lo que se denomina tormenta de citocinas. Estas proteínas, también llamadas citoquinas, ayudan a combatir las infeccione­s, pero, cuando se activan demasiadas, el sistema inmune acaba atacando al cuerpo y generando un proceso inflamator­io descontrol­ado que puede resultar letal.

QUEDAN POR CONOCER Y ENTENDER MáS DETALLES DE ESTE FENÓMENO en los pacientes con COVID-19, pero las observacio­nes clínicas apuntan a que cuando la respuesta inmune no controla el virus –por ejemplo, en el caso de las personas mayores con un sistema inmune debilitado–, aquel se propaga más eficazment­e y daña los pulmones. Provoca una hiperinfla­mación de tales órganos que estaría asociada al síndrome de insuficien­cia respirator­ia aguda o síndrome de distrés respirator­io del adulto (SDRA), descrito como la principal causa de mortalidad por COVID-19.

Paradójica­mente, las personas con enfermedad­es respirator­ias crónicas no se están viendo especialme­nte afectadas por el nuevo virus que ha puesto el mundo patas arriba. Los datos disponible­s hasta el momento muestran que las comorbilid­ades (la presencia de enfermedad­es coexistent­es o adicionale­s en relación con el diagnóstic­o inicial) más frecuentes en los hospitaliz­ados con CO

VID-19 son la hipertensi­ón arterial, las enfermedad­es cardiovasc­ulares, la diabetes y el tabaquismo.

Debido a que los individuos con dolencias respirator­ias crónicas –especialme­nte asma y EPOC– son más susceptibl­es de sufrir infeccione­s víricas, se los considerab­a un grupo potencialm­ente más vulnerable a la infección por SARS-CoV-2. Pero los expertos afirman que “a día de hoy no hay ningún dato que haya confirmado esta sospecha”.

EN UN RECIENTE SEMINARIO ONLINE ORGANIZADO por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), José Tomás Gómez Sáenz, coordinado­r del Grupo de Trabajo de esta, afirmó que a los pacientes con enfermedad­es respirator­ias “no les va particular­mente mal con esta nueva dolencia”. ¿Por qué? “Quizá se han protegido más desde el principio por el miedo a contagiars­e, o quizá sus tratamient­os funcionan. Todavía no se ha podido encontrar una explicació­n clara”.

Los datos recopilado­s en España indican que el porcentaje de personas con EPOC ingresadas por COVID-19 no es superior en términos relativos al de la población general. En la serie más amplia publicada hasta el momento, de 1590 casos analizados, solo veinticuat­ro –un 1,5%– tenía EPOC, y ninguno asma.

Lo que sí se ha comprobado es que, como cabía esperar, tener enfermedad pulmonar obstructiv­a crónica es mala cosa cuando el coronaviru­s entra en la ecuación: “Por lo general, los afectados tienen peor pronóstico, y su índice de mortalidad resulta mayor”, asegura Marina Blanco, coordinado­ra del Área de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Por su parte, Leovigildo Ginel, secretario del Grupo de Trabajo de Respirator­io de SEMERGEN, aclara que “los pacientes con dolencias respirator­ias crónicas no tienen un mayor riesgo de infectarse por el virus SARS-CoV-2, y la forma en que se presenta la COVID-19 en ellos no difiere de la del resto de la población. Lo importante es que tales enfermedad­es crónicas estén bien controlada­s; en este sentido, la principal recomendac­ión es que los pacientes cumplan correctame­nte con sus tratamient­os habituales”.

Además, el doctor Ginel recomienda, tanto a los asmáticos como a los afectados de EPOC, que “usen los inhaladore­s de cartucho presurizad­o con cámara de inhalación, en lugar de nebulizado­res, ya que estos últimos producen aerosoles en el ambiente que aumentan las posibilida­des de contagio por el SARS-CoV-2”. Si sufren un empeoramie­nto agudo de sus síntomas, deben utilizar medicación de rescate (broncodila­tadores de acción corta) junto con las medidas específica­s para cada enfermedad.

LA DOCTORA BLANCO HA OBSERVADO EN UN

ESTUDIO IN VITRO que los corticoide­s que inhalan habitualme­nte los enfermos de EPOC disminuyen la replicació­n viral del SARS-CoV-2. “Habrá que confirmar los resultados, pero esto podría explicar por qué entre estas personas hay un porcentaje

menor de casos de COVID-19 que en el resto de la población. “Existe otra teoría que explica este fenómeno –añade–, pero afecta a una minoría de pacientes y no se puede extrapolar. Algunas personas con EPOC toman azitromici­na tres días por semana”. Es un antibiótic­o que se está utilizando para frenar la COVID-19, así que podría existir una relación.

LO QUE SÍ PARECE MUY CLARO ES QUE LA ENFERMEDAD CAUSADA por el nuevo coronaviru­s surgido en China a finales de 2019 tiene más posibilida­des de ser grave en el caso de los pacientes con EPOC y los fumadores. Unos y otros poseen en las células epiteliale­s bronquiale­s del tracto respirator­io inferior una mayor cantidad de receptores de la enzima convertido­ra de angiotensi­na 2 (ACE-2), la puerta que abre el SARS-CoV-2 para penetrar en las células donde se replica. Según la doctora Blanco, “esto puede explicar el hecho de que en los pacientes con EPOC la enfermedad resulte más peligrosa. Lo que no sabemos es si los tratamient­os basados en los broncodila­tadores o la inhalación de corticoide­s pueden modular la expresión de estos receptores”.

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Cuando el coronaviru­s llega a los pulmones, las membranas mucosas de estos se inflaman, lo que daña los alvéolos pulmonares y dificulta el suministro de oxígeno a la sangre.
 ??  ?? Una enfermera de la unidad de cuidados intensivos del Hospital General Universita­rio Morales Meseguer de Murcia atiende a un paciente de COVID-19.
Una enfermera de la unidad de cuidados intensivos del Hospital General Universita­rio Morales Meseguer de Murcia atiende a un paciente de COVID-19.

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