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Los cañones submarinos que yacen cerca de la costa de Ningaloo –una espectacular franja de arrecifes situada al oeste de Australia, en la que es posible atisbar desde mantarrayas y dugongos hasta tiburones ballena– atesoran un rico ecosistema, en gran parte desconocido, del que ahora empiezan a conocerse algunos detalles.
Durante una expedición científica de apenas un mes, un equipo de investigadores de distintas instituciones coordinado por la bióloga molecular Nerida Wilson, del Museo de Australia Occidental, ha descubierto en esa zona treinta nuevas especies y otros organismos marinos de cuya existencia no se tenía noticia en esta región del Índico, como el calamar dana –un molusco bioluminiscente– y un pólipo gigante del género Branchiocerianthus que sobrevive aferrado en el fondo.
CON UN OJO ELECTRÓNICO EN LAS PROFUNDIDADES. Para ello, los científicos, que han utilizado como base de operaciones el buque de investigación Falkor, del Instituto Oceánico Schmidt, han empleado el SuBastian, un vehículo no tripulado de exploración subacuática que ha realizado una veintena de inmersiones a profundidades de hasta 4500 m.
Wilson y sus colaboradores destacan que nuestro conocimiento de los océanos es aún muy limitado y esperan que este tipo de iniciativas arrojen algo de luz sobre los hábitats submarinos y la mejor forma de protegerlos de las amenazas medioambientales.