¡fUERA EINSTEIN dE lA CIENCIA!
Es lo que pasa con los imperios: sus asuntos acaban siendo los de los demás. Hoy ocurre con Estados Unidos, que exporta sus defectos y neuras al resto del mundo. Por ejemplo, no hay duda de que el racismo es un problema estructural en su sociedad, pero ahora parece que lo es de todos. Eso sí, hay un detalle del que no somos muy conscientes: detrás del movimiento BlackLifeMa ers lo que tenemos, en realidad, es AfroAmericanLifeMatters. Porque el único racismo que parece importarles es el que afecta a quien tiene pasaporte estadounidense. En ningún momento se les ha visto protestar por estar condenando a muerte a cientos de miles de personas en Ghana, el cementerio de nuestra basura tecnológica, o por permitir que los Gobiernos exploten hasta el límite ese continente-favela que es África.
AHORA, EL COMBATE CONTRA EL RACISMO ha saltado la barrera del tiempo y se ha desatado una cruzada contra toda figura que haya tenido alguna vinculación con ello. Hay que limpiar de polvo y paja la historia porque, cómo no, somos moralmente superiores a quienes nos precedieron. Los científicos tampoco se salvan de la purga: en Suecia, unos activistas nacidos al calorcillo del BlackLifeMa ers han pedido retirar la estatua de Carlos Linneo –el naturalista que ideó en el siglo XVIII la nomenclatura para clasificar plantas y animales– por ser “uno de los ideólogos racistas más importantes e influyentes de la historia”.
AQUÍ TAMBIÉN SE HA PEDIDO LA RETIRADA DE LA ESTATUA de Colón de Barcelona por esclavista. Estoy esperando que se haga lo propio con las de los reyes visigodos de la Plaza de Oriente de Madrid o la de Julio César en Zaragoza, pues también lo eran. Y de paso, condenar al médico Gregorio Marañón por defender la eugenesia, esto es, la ideología que buscaba impedir la procreación de personas con rasgos desfavorables. Por cierto, en 1933 se celebró en Madrid el I Simposio de Eugenesia Española, al que asistieron, además de Marañón, Fernández de los Ríos, Ramón J. Sender, Lorca y Alberti, entre otros.
DEL MISMO MODO, DEBERÍA ELIMINARSE A EINSTEIN como imagen de la ciencia por racista y machista. En sus diarios, señala, por ejemplo, que los chinos son sucios y obtusos, y que sería “una pena que suplantasen a las demás razas”. Consideraba igualmente que la ciencia hacía agrias a las mujeres. Quizá por eso dijo de Marie Curie que “nunca ha escuchado cantar a los pájaros”. Y no solo eso. Para él muy pocas son creativas: “No enviaría a mi hija a estudiar Física. Estoy contento de que mi [segunda] mujer no sepa nada de eso”. ¿Es esta la imagen que queremos dar de un científico a las generaciones venideras? Porque si vamos a purgar la historia, vamos a hacerlo bien.