COVID-Dogs: rastreadores de coronavirus
De los cinco sentidos de los perros, el olfato es, sin duda, el más desarrollado. Según datos de la Fundación Affinity, estos animales tienen entre 200 y 300 millones de receptores olfativos, una cifra impresionante si la comparamos con los cinco millones que tenemos los humanos. Esta sensibilidad les permite detectar enfermedades como el cáncer, la diabetes y el párkinson, además de patologías virales. A corto plazo, el coronavirus podría sumarse a la lista.
Desde el inicio de la pandemia, científicos de todo el mundo están llevando a cabo ambiciosos estudios destinados a adiestrar a canes para detectar el olor del coronavirus en muestras de orina y de saliva. ¿Pero cómo? Mediante la impresión del olor, un proceso que consiste en exponerlos a muestras que contengan el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, en un entorno de laboratorio. Transcurridas unas semanas, los investigadores podrían determinar si los perros son capaces de distinguir el olor de una persona contagiada de otra sana.
La explicación es que distintos residuos humanos –como heces, orina, sudor o el mismo aire exhalado– liberan compuestos volátiles orgánicos, que estimulan los receptores olfativos. Además, como el virus no solo afecta a los pulmones, sino también a los vasos sanguíneos, los riñones y otros órganos, se piensa que el olor de la orina de los pacientes también cambia, y que los perros lo pueden detectar de inmediato.
En caso de que las investigaciones prosperen, los perros podrían ser un apoyo muy importante para el sistema de vigilancia en aeropuertos –para olfatear a los pasajeros y averiguar si han contraído el coronavirus– y otros lugares públicos.