¿HAY FECHA PARA EL FIN?
SI HACEMOS CASO A LOS PRINCIPALES CEOS
de la industria del automóvil, en 2022 deberíamos volver a la normalidad económica en Europa, y en España al final del mismo año. No seré yo quien dude, menos de una noticia tan positiva, pero me atrevo a poner algunos peros. Volver a la normalidad en nuestro país es alcanzar de nuevo el millón doscientas mil unidades vendidas y dada la situación actual, lo dudo. Volver a la normalidad es volver a los hábitos de vida de antes de la pandemia, pero hay hábitos antes impensables que han llegado para quedarse y sustituirlos. El teletrabajo se consolida cada día que pasa y esto modifica el lugar de nuestro puesto de trabajo y hace innecesarios muchos coches de empresa.
Y si seguimos tirando del hilo vemos numerosos negocios que han reducido las necesidades de movilidad. Por el contrario otros nuevos modos de vida o de disfrutar del tiempo libre hacen que las familias necesiten adquir vehículos.
No dudo de que España tenga la capacidad a finales de 2022 de posicionarse para recuperarse, pero no será fácil. Entre otras cosas, hay que adaptarse a las nuevas normas de emisiones de la Unión Europea. Hace falta que el Brexit no afecte a la industria más de lo previsto y que la aceleración forzada de la electrificación del parque automovilístico encuentre el apoyo paralelo necesario de los equipamientos públicos. Y hace falta que el turismo vuelva a una normalidad capaz de resucitar negocios destruidos y que a día de hoy parece impensable que puedan reabrir. El pesimismo que justificadamente infecta a toda la sociedad, unido al comienzo de un año que ha registrado los peores índices de venta en décadas no son los ingredientes más propicios para salir triunfantes, pero estamos obligados a ser positivos, a creer en la responsabilidad de todos los que luchan desde su puesto y se dejan la piel en ello.