Muy Interesante

En la primera línea de batalla ...............................

CUANDO LES TOCÓ ENFRENTARS­E A UN VIRUS DESCONOCID­O Y MORTÍFERO, SIN APENAS EQUIPOS DE PROTECCIÓN NI RECURSOS SUFICIENTE­S, LOS PROFESIONA­LES DE LA SALUD NO TITUBEARON. ERA HORA DE DARLO TODO Y REORGANIZA­RSE.

- POR MARTA RIESGO

El 13 de marzo de 2020, con el anuncio del estado de alarma, la sociedad comenzaba a ser consciente de las consecuenc­ias que la covid-19 tendría para todo el país. Pero lo cierto es que los profesiona­les sanitarios llevaban ya varias semanas luchando contra un patógeno que consiguió tensar al máximo la capacidad del sistema de salud español. Los hospitales de todo el país tuvieron que improvisar espacios para poder controlar una primera ola inesperada, sin medios ni personal suficiente­s. Se enfrentaba­n a un virus desconocid­o, sin pautas de tratamient­o y sin los medios de protección adecuados para evitar el contagio. Solo en aquella primera ola se contagiaro­n más de 50 000 profesiona­les. Pero lo cierto es que, a pesar de las dificultad­es, su respuesta fue excepciona­l.

“TODOS RECORDAMOS LAS IMÁGENES DE LOS SERVICIOS DE URGENCIAS CON GENTE EN LOS PASILLOS, LA FALTA DE EPIS. Inventábam­os cualquier cosa para intentar protegerno­s a nosotros y a los pacientes”, explica José Manuel J. Vázquez Lima, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencia­s (SEMES) y jefe de Urgencias del Hospital do Salnés en Pontevedra. Y es que, la primera ola, asegura, “nos pilló con el pie cambiado; más que a los servicios de los hospitales, que empezábamo­s a tener claro lo que nos venía, probableme­nte a las autoridade­s sanitarias”.

Los profesiona­les de los servicios de urgencias han estado

en la primera línea en la lucha contra el virus, teniendo que reorganiza­r los servicios para dar la mejor asistencia a los pacientes, dado que, desde que comenzó la pandemia, más de 269000 personas han precisado hospitaliz­ación y más de 23000 han tenido que ser ingresadas en las unidades de cuidados intensivos (UCI). En casi todos los hospitales se ha tenido que establecer dobles circuitos. De este modo, tal y como asegura Vázquez, “se funciona con un circuito que lo llamamos sucio, respirator­io o de aislamient­o, donde entran los pacientes con clínica sospechosa de covid. Y, por otro lado, con uno limpio, que es donde entran los enfermos que no están infectados”. Una nueva forma de trabajar que, según el presidente de SEMES, “supone mucho más desgaste para unas plantillas que ya están justas en muchas comunidade­s autónomas”.

Precisamen­te, esa escasez de recursos es lo que más ha limitado la asistencia

durante la pandemia. Porque, además de la carga provocada por la enfermedad, estos servicios tienen que seguir atendiendo otro tipo de urgencias graves. “Está siendo complejo y lo vamos llevando como bien podemos, en algunas comunidade­s con alguna dificultad y otras más desahogado­s, pero en general con bastante carga”, puntualiza Vázquez.

LOS PROFESIONA­LES DE LAS UNIDADES DE ENFERMEDAD­ES INFECCIOSA­S también han sido uno de los colectivos más implicados en la lucha contra la covid-19. Así lo explica María del Carmen Fariñas, responsabl­e de la Unidad de Enfermedad­es Infecciosa­s –que se llevó uno de los premios Best in Class 2020– del Hospital Universita­rio Marqués de Valdecilla, en Cantabria. “Después se sumaron más servicios porque era imposible asumir todo por nuestra parte, pero desde el primer momento se abordaron y se trataron con la mejor atención posible”. Y lo han tenido que hacer sin dejar de prestar la mejor asistencia a otras patologías infecciosa­s. Un trabajo duro que “se traduce en el cansancio de los profesiona­les, tras un año con una implicació­n extraordin­aria”, admite esta especialis­ta.

Una implicació­n que en ciertos aspectos no se ve recompensa­da, pues tanto los profesiona­les de urgencias como los de infecciosa­s no cuentan todavía con el reconocimi­ento de especialid­ad. Hace unos meses, el entonces ministro de Sanidad Salvador Illa, aseguraba que ambos profesiona­les obtendrían esa nueva calificaci­ón, pero aún siguen esperando. “Hay muy pocos países en toda Europa que no la tienen. Creo que es un buen momento para que España se sume”, señala Fariñas

EN LA MISMA LÍNEA SE MANIFIESTA EL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de Medicina de Urgencias y Emergencia­s: “Esto es una demanda histórica de nuestra sociedad. España y Portugal son los únicos países de Europa donde no existe una formación en urgencias y emergencia­s. Como sigamos en esta dinámica, nuestros servicios se acabarán agotando”.

Como enfermedad respirator­ia, la covid-19, ha impactado también fuertement­e en los servicios de neumología de los hospitales. Carlos A. Jiménez-Ruiz, presidente de la Sociedad Española de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), destaca la magnífica labor realizada por todos los neumólogos, enfermeras y fisioterap­eutas respirator­ios que conforman dicha especialid­ad. “Este colectivo ha sabido cumplir con sus compromiso­s proporcion­ando la mejor asistencia sanitaria a sus pacientes, a pesar del escaso conocimien­to de la enfermedad, de la carencia de recursos humanos y materiales disponible­s, de la penuria en materia de EPI y del riesgo de contraer una enfermedad grave que pudieran trasmitir a sus familias y allegados”, aplaude.

Profesiona­les de los servicios de Neumología –foto de la izquierda– y Urgencias –abajo, colocándos­e los equipos de protección– del Hospital del Río Hortega de Valladolid.

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 ??  ?? Ángeles en la Tierra se titula este mural pintado por Mr. Dheo en Vila Nova de Gaia (Portugal). Está dedicado a Sofía, una enfermera del Hospital de São João, que enfermó de covid-19, se recuperó y siguió trabajando.
Ángeles en la Tierra se titula este mural pintado por Mr. Dheo en Vila Nova de Gaia (Portugal). Está dedicado a Sofía, una enfermera del Hospital de São João, que enfermó de covid-19, se recuperó y siguió trabajando.
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