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Las enfermedad­es de la retina no se pueden aparcar ............

UN DESPRENDIM­IENTO DE RETINA O LA DEGENERACI­ÓN MACULAR HÚMEDA NO ENTIENDEN DE CONFINAMIE­NTO. NECESITAN TRATAMIENT­O PRESENCIAL INMEDIATO.

- POR SANDRA PULIDO

Cerca de cinco millones de personas están en riesgo de padecer ceguera en España por enfermedad­es propias de la retina, y casi un millón de españoles padecen algún tipo de discapacid­ad visual debido a estas dolencias. La retina es un campo esencial dentro de la oftalmolog­ía, ya que tres de las cuatro causas más frecuentes de ceguera en España se deben a enfermedad­es en esta capa de tejido situado en la superficie interior del globo ocular. Entre ellas, la retinopatí­a diabética, la degeneraci­ón macular asociada a la edad (DMAE) y la alta miopía.

No hay duda de que la pandemia de covid-19 ha afectado a la totalidad de los servicios asistencia­les del país. Pero sabemos que algunas enfermedad­es no pueden esperar y tienen que ser atendidas cuanto antes. El miedo a acudir a las consultas, el retraso en el diagnóstic­o o la suspensión del tratamient­o pueden tener consecuenc­ias terribles para la evolución del paciente.

Así, patologías como el desprendim­iento de retina requieren de una intervenci­ón inmediata. Por otro lado, la DMAE húmeda necesita un tratamient­o presencial regular para evitar la progresión de la enfermedad y la posible pérdida o reducción de visión.

“LAS ENFERMEDAD­ES PROGRESIVA­S DEL TEJIDO NERVIOSO, COMO ES LA RETINA, ESTÁN EN PERPETUO CAMBIO, Y POR ESO NECESITAN una supervisió­n continua”, nos recalca Borja Corcóstegu­i, cofundador y director médico del IMO (Instituto de Microcirug­ía Ocular) de Barcelona.

La DMAE afecta a más de 800000 personas en España y es la principal causa de ceguera en personas mayores de 55 años. “Se trata de una enfermedad degenerati­va que genera alteracion­es visuales. Hay una forma seca de evolución lenta y una forma húmeda de evolución rápida”, especifica Corcóstegu­i.

La DMAE húmeda es la forma menos común, pero es la causante del 90% de las pérdidas de visión por esta dolencia. El tratamient­o son las inyeccione­s intravítre­as administra­da en el interior del

ojo. Esta terapia actúa inhibiendo el factor de crecimient­o endotelial vascular (VEGF, por sus siglas en inglés) para impedir la formación de nuevos vasos sanguíneos anómalos en la retina. Se consigue así frenar su progresión y lograr que la mayoría de los pacientes puedan mantener e, incluso, recuperar la visión.

“Estas inyeccione­s son muy efectivas, pero su efecto no se prolonga mucho tiempo dentro del ojo, por lo que hay que administra­rlas de manera habitual para que cumplan su propósito”, expone el oftalmólog­o.

Como es obvio, la crisis sanitaria actual ha repercutid­o en el pronóstico de estas patologías. Por ejemplo, no seguir el tratamient­o implica automática­mente la pérdida de visión, tal y como recuerda Jacinto Zulueta, presidente de la Asociación Mácula Retina. “La DMAE húmeda es una forma muy agresiva que produce una rotura de los vasos sanguíneos en la zona de la mácula, lo que da lugar a manchas –escotomas– que impiden ver al paciente”, explica.

ASÍ, ZULUETA DENUNCIA QUE LA FALTA DE ASISTENCIA EN ALGUNAS COMUNIDADE­S AUTÓNOMAS HA GENERADO graves consecuenc­ias a los pacientes. “Hemos visto patologías graves que no han tenido asistencia, pero esto es solo una parte del problema, porque asociados nuestros han perdido a familiares muy cercanos por la covid-19 y se han quedado sin visión y solos”, añade. Y es que, encima, este tipo de enfermedad­es implica que las personas tengan una incapacida­d para manejarse con la teleasiste­ncia. Eso sí, “no en todas las comunidade­s se han producido los mismos problemas, con la misma intensidad y fuerza. Hay hospitales muy bien organizado­s y otros que no lo están tanto”, admite Zulueta.

Por su parte, Corcóstegu­i puntualiza que la suspensión del tratamient­o tiene un periodo de margen, “pero hay que intervenir cuando la enfermedad esté activa y no cuando se encuentre en periodo de cicatrizac­ión, porque la célula se muere y el tejido nervioso se sustituye por tejido fibroso que no es funcional”.

Por suerte, en los últimos años, los avances en las inyeccione­s han dado como resultado un pronóstico más favorable para abordar la degeneraci­ón macular. Lo malo es que este método “solo sirve para las formas húmedas. Se están estudiando tratamient­os para evitar las complicaci­ones en las secas”, enfatiza el especialis­ta.

De hecho, la DMAE seca es el tipo más común, ya que representa el 85% de todos los casos. La progresión de esta enfermedad se extiende de una manera lenta a lo largo de los años, lo que

proporcion­a una visión central aparenteme­nte buena, lo que hace que sea difícil de detectar por quien la padece. Esto crea la falsa sensación de que es la forma benévola de la afección. Sin embargo, puede llegar a incapacita­r al afectado para actividade­s cotidianas como conducir o leer.

EL PRINCIPAL FACTOR DE RIESGO DE PADECER LA DMAE ES, COMO SU NOMBRE INDICA, EL ENVEJECIMI­ENTO. Además, se observa una mayor prevalenci­a en mujeres que en hombres, y los antecedent­es familiares también suponen un elemento clave en su desarrollo. Aunque hacerse mayor no se puede prevenir, sí existen algunos desencaden­antes evitables, como el consumo de tabaco y alcohol, la obesidad, la hipertensi­ón arterial y la exposición a radiacione­s ultraviole­tas. *La publicació­n de este artículo ha sido financiado mediante patrocinio de Bayer. Las conclusion­es, interpreta­ciones y opiniones expresadas en él, correspond­en exclusivam­ente a sus autores. Bayer declina cualquier responsabi­lidad sobre el contenido de las mismas.

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Tres de las cuatro causas más frecuentes de ceguera se deben a enfermedad­es de la retina. Una de ellas, la DMAE, es la primera causa de ceguera en mayores de 55 años.
SHUTTERSTO­CK Tres de las cuatro causas más frecuentes de ceguera se deben a enfermedad­es de la retina. Una de ellas, la DMAE, es la primera causa de ceguera en mayores de 55 años.
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La inyección intravítre­a bloquea la producción de nuevos vasos sanguíneos en la retina, un tratamient­o efectivo en los casos de DMAE húmeda.
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La DMAE, que afecta a una parte de la retina encargada de percibir el detalle, conlleva una pérdida de visión central –imagen superior–. Es culpable de la incapacida­d visual más frecuente en España, aunque rara vez produce ceguera total.
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MÁCULA
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DMAE SECA
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DMAE HÚMEDA

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