El sueño de la mujer del pescador. Hokusai
En el Japón actual besarse en los labios es una rareza con fuerte vocación erótica y los otros besos tampoco se estilan. En público la gente apenas se besa, ni siquiera como muestra de cariño. El beso se reserva para los hijos pequeños, en momentos domésticos, cuando se van a la cama. No hay besos, salvo para la interacción sexual. Esto es aplicable a casi toda Asia. Los besos en el arte tienen una intención erótica. Las obras de carácter y temática sexual explícita realizadas mediante una técnica de estampación conocida como ukiyo-e, similar a la xilografía, se conocen en Japón como shunga (escenas de primavera). Katsushika Hokusai (17601849) fue uno de los más refinados y virtuosos maestros de este arte durante el periodo Edo. Una de las obras más interesantes de Hokusai es
Tako to ama (Los pulpos y la buceadora), también conocida como El sueño de la mujer del pescador
(1814). Estremece por lo que muestra y por lo que deja entrever. El grabado presenta a una joven buceadora enlazada sexualmente con dos pulpos y plácidamente entregada. El más pequeño envuelve con uno de sus tentáculos el pezón izquierdo de la mujer y la besa en la boca, mientras que el más grande le practica un cunnilingus. Los dos extremos de la figura femenina se ven ocupados por los octópodos y todo el conjunto refleja una sensación sofocante de humedad sin que Hokusai recurra a representar el agua en este zoofílico ménage a trois que conmueve en la misma medida que escandaliza. Pero el maestro no pretende que nos llevemos las manos a la cabeza sino que disfrutemos del carácter lúdico, hedonista y festivo de la escena.