Ponte a salvo del contagio emocional
Un artículo reciente en Forbes concluía que la empatía mal entendida puede ser un lastre cuando tienes que dirigir una empresa. Para el papel de jefe, es útil porque “te permite comprender y apreciar otros puntos de vista basados en experiencias y personalidades distintas a la tuya”. Pero cuando llega el momento en que tienes que tomar un decisión, puede ser necesario “apagar los sensores que se enfocan en los demás y centrarte en lo que tú piensas y sientes”, escribe la psiquiatra Prudy Gourguechon. Para evitarlo, recomienda protegerte de esas personas que siempre tienen algo negativo que decir y no dejan de sobrecargarte con sus ansiedades; drenan tu energía y paralizan tu capacidad de pensar. Identifica quiénes son y reduce al máximo el tiempo que dedicas a escucharlas. Y decide basándote en lo que tú mismo piensas y sientes –no en los problemas que te han transmitido los demás–, pues serás tú el responsable de las consecuencias.
Pero no solo los jefes padecen contagio emocional, existen algunos trucos a los que todos podemos recurrir para no dejar que la empatía nos haga daño. -Toma conciencia en todo momento de la diferencia tú-yo. Compartes sus emociones, pero sin olvidar que pertenecen a otra persona que no eres tú. Esa desgracia que te están contando no te ha pasado a ti. -Regulación emocional. Decide conscientemente hasta dónde te haces eco de esos sentimientos ajenos, sin dejar que te sobrepasen. -Escuchar al otro con curiosidad y compasión no debería despertar la empatía reactiva. -Toma perspectiva. Imagina lo que experimenta el otro, sin imponer tus propias interpretaciones. Comprender el contexto ayuda a poner en perspectiva lo que siente el otro y a marcar el límite entre tú y él.
-Cualquier técnica de mindfulness es una buena herramienta porque te puede ayudar a permanecer enfocado en el momento, sin reaccionar. -Cuida de ti mismo, de tu salud física y emocional, para poder sostener mejor las emociones del otro.
-Tómate tiempo. Si notas que te está sobrepasando el sufrimiento de tu interlocutor, puedes pedirle que te de un respiro para procesar y comprender lo que significa.