CARADURA HOMEOPÁTICA
El enero pasado se hizo público un estudio de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología sobre el uso en España de las terapias sin evidencia científica, entre las que se incluyen algunas tan famosas y populares como la homeopatía, la acupuntura, el reiki y las flores de Bach. En las conclusiones encontramos que la masificación de la sanidad, la excesiva medicalización y el escaso tiempo dedicado a la consulta hace que se vean esas pseudoterapias como más humanas y más saludables.
PARA ILUSTRAR LA REALIDAD QUE SE ESCONDE DETRÁS DE ESA PERCEPCIÓN, contaré una historia sucedida en Medellín (Colombia) este mismo año. Un niño de cuatro años empezó a sufrir de dolor en el abdomen y retortijones, acompañados de vómitos, flatulencias y diarrea. Su madre, con apuros económicos, llevó a su hijo a varios médicos, pasando por la precaria sanidad pública de allí, que con la covid-19 se ha vuelto más precaria que nunca. Ningún médico dio con lo que le pasaba al niño. Alguien le recomendó a la madre uno que era “muy famoso y muy bueno”, lo que siempre es sinónimo de muy caro. Con el poco dinero que había podido ahorrar, allí acudió.
EL MÉDICO PIDIÓ QUE LE HICIERAN UN ANÁLISIS DE HECES; algo obvio dados los síntomas, pero que a ninguno de los médicos anteriores se les ocurrió pedir. El análisis encontró que el niño tenía quistes de Giardia lamblia, un parásito que vive en el intestino delgado y que suele contraerse al beber agua o comer frutas y verduras que han sido cultivadas con un fertilizante contaminado.
EL BUEN DOCTOR, HOMEÓPATA Y EXPERTO EN MEDICINA TRADICIONAL CHINA, le recetó tres preparados homeopáticos que a la mujer le costaban 70 euros cada dos semanas, un pastón para su inexistente economía. Con gran esfuerzo consiguió el dinero con el que empezar ese pseudotratamiento. “Eso sí –le dijo el médico–, esto va a ser largo, al menos un año, y me tienes que traer al niño cada ocho días a consulta”. Durante dos meses, y con grandes sacrificios, pudo pagar los preparados y las consultas, en las que el famoso médico les dedicaba diez minutos. Por la incompetencia de unos y la caradura del otro, la joven mujer desconocía que un tratamiento estándar de la giardiasis es el metronidazol. ¿Cuál es la diferencia? Con la medicina científica, el tratamiento dura siete días y su coste no llega a los dos euros.