Nuevas y prometedoras opciones en neuroimagen
El doctor Juan Romero Coronado, miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y neuro-radiólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid nos explica que «las técnicas de neuroimagen son, actualmente, una herramienta imprescindible en el diagnóstico y seguimiento de la mayoría de las enfermedades neurológicas». Y añade que «la neuroimagen, considerando tanto la resonancia magnética como las pruebas de medicina nuclear, puede ayudarnos en algunos casos a detectar signos que sugieren una enfermedad incipiente». En su opinión, el retraso en el diagnóstico se debe a dos motivos: a las limitaciones de las propias técnicas y, «la gran mayoría de veces» porque los pacientes, con enfermedad avanzada y síntomas evidentes, entran en un circuito médico que cuenta con centros sin unidades multidisciplinares dedicadas a su detección precoz.
Existen muchas líneas de investigación prometedoras en este campo, especialmente orientadas al diagnóstico precoz. «Por un lado, la imagen está pasando de ser valorable de manera cualitativa a serlo de manera cuantitativa, pudiendo obtener datos numéricos que nos determinen objetivamente la pérdida de neuronas en una localización, ya sea por una disminución estadísticamente significativa del consumo de glucosa (detectable con PET), o por una pérdida de volumen cerebral de manera cuantificable (detectable por resonancia magnética)», detalla el doctor Romero. Especialmente prometedora es la radiómica, que extrae las características clínicamente relevantes que contienen las imágenes radiológicas. Según su criterio, «es una de las áreas que más se está desarrollando en los últimos años y nos dará miles de datos por cada pixel, basados en la textura de la imagen. Esto, a día de hoy, significa ingentes cantidades de datos indescifrables, pero de los que cada vez se sabe más, cada vez con más publicaciones y más evidencias que nos empiezan a dejar ver la cantidad de información contenida en estos datos sobre cambios que se producen en el tejido cerebral, ajenos a nuestros ojos. Como todo lo que está siendo evaluado mediante algoritmos que analizan grandes cantidades de datos, se encuentra aún en una fase muy embrionaria, local y no extrapolable, por lo que vamos a tener que esperar para poder obtener resultados validados, pero es muy probable que en el futuro nos permita localizar nuevos biomarcadores con los que podamos realizar un diagnóstico precoz de estas enfermedades».