LA NUEVA DEFINICIÓN DE «VEHÍCULOS PREMIUM »
No necesitan retrotraerse décadas para entender cómo percibía el mercado la definición literal de un vehículo premium. Imprescindible era el logo bien posicionado sobre el capó donde en la mayoría de los casos también sobresalía convertido en trofeo, el cual reflejaba el poderío de su conductor. Sería imperdonable olvidar las piezas de madera de color caoba repartidas por cualquier sitio que fuese cuanto más visible mejor.
La revolución comenzó con la sostenibilidad, donde se premiaba el reciclado y la creatividad en el uso de materiales jamas vistos en el interior y exterior de los coches.
Pero no hace muchos años todos comenzamos a hablar del nuevo concepto de movilidad. Arrastrados por una marea dotada de olas gigantes todos fuimos empujados a la necesidad de la conducción autónoma, moda que como tal solo fue una moda que, actualmente guiada por el ritmo de la coherencia, progresa bajo las necesidades reales del mercado.
Y para llegar al presente donde el vehículo premium es sinónimo de vanguardia y tecnología debemos aceptar que el nuevo concepto de movilidad se posiciona de momento en el vehículo eléctrico. Esto crea consecuencias directas, el nuevo propietario de un coche se sentirá premium si la autonomía le permite viajar con una conducción eléctrica a cualquier punto de la península. Si su coche se puede cargar en veinte minutos también se sentirá premium. Y sin duda la guinda del pastel lo pondrá el tejido de la tapicería bajo la inquietante definición de «piel vegana».