La confianza cazada por los sentidos
Aeste proceso de decidir si algo o alguien es digno de nuestra confianza, se suman los sentidos. La vista, el olfato y el oído colaboran en este procedimiento y diversas investigaciones han puesto sus esfuerzos en demostrarlo.
En el terreno del olfato hay ciertos aromas que son capaces de despertar una mayor predisposición a la confianza. Investigadores de la Universidad de Leiden, en Holanda, han logrado demostrar que la lavanda es una buena aliada.
En un estudio en el que este aroma era el predominante en una habitación se detectó su papel para aumentar la «predisposición de los participantes» a confiar en extraños.
Algo que, según argumentan, se debe a las propiedades calmantes de la lavanda y a que, «desde un punto de vista anatómico, el nervio olfativo está conectado con la región del cerebro que modula la forma en la que confiamos en los otros».
Por su parte, la vista también tiene algo que decir. Un equipo de investigadores de la Universidad Carolina en Praga afirma que el color de los ojos y la forma de la cara juegan un papel protagonista en la percepción.
Sus conclusiones parten de un estudio realizado con cerca de 200 participantes, a los que se les mostraron retratos de hombres y mujeres a quienes tenían que puntuar del 1 al 10 según el grado de confianza que les inspiraban. El resultado fue que los ojos marrones provocan más confianza que los azules; que los hombres con caras redondas, barbilla y boca grande eran una fuente de mayor confiabilidad, y que los rostros femeninos, por lo general, transmiten mayor confianza.
Al equipo de los sentidos se suma el componente auditivo. Investigadores franceses han descubierto que diferentes entonaciones vocales hacen que una persona parezca más digna de confianza.
A través del desarrollo de un programa informático de procesamiento de la voz, bautizado con el nombre de CLEESE, se crearon cientos de entonaciones aleatorias de una grabación de la palabra bonjour —«hola» en francés— por parte de hombres y mujeres.
El estudio puso de manifiesto una «adaptación comunicativa única que permite a los oyentes detectar rasgos sociales, independientemente de las características físicas de los hablantes», lo que les ha permitido identificar qué entonaciones vocales hacen que una persona parezca más digna de confianza o competente.