UNOS PANTALONES DE PELÍCULA
AUNQUE LOS LLAMAMOS «VAQUEROS», EN REALIDAD LOS COWBOYS NUNCA LOS LLEVARON. COMENZARON POR SER ROPA DE TRABAJO, QUE TENÍA QUE RESULTAR RESISTENTE Y PRÁCTICA. HOY, SON UN ICONO DE LA MODA Y TODOS TENEMOS VARIOS.
En Estados Unidos —y muchos otros países— les llaman jeans, a veces precisando blue jeans, aunque a menudo los mencionan por la marca que los inventó, Levi's, o bien por el tipo de tela resistente que los caracteriza: denims. En España hemos optado por llamarlos vaqueros, a veces tejanos, y también texans en catalán, bakeroak en euskera y jeans (también vaqueiros) en gallego. La Real Academia Española ha aceptado bluyín. Se trata de un pantalón confeccionado en sarga de algodón, casi siempre azul; suele llevar doble pespunte en costuras vistas, con dobladillos o ribetes al borde y remaches de cobre en la esquina de los bolsillos. Son esos detalles los que dan identidad a la prenda y sirvieron de motivo para su patente.
Fue el 20 de mayo de 1873 cuando quedó registrada una idea que hizo historia. Nació del sastre de Nevada Jacob W. Davis, quien la compartió con el comerciante Levi Strauss, un judío asquenazi nacido en Baviera, que le suministraba telas desde San Francisco, en plena fiebre del oro, y haría de socio inversor. Pronto se fabricaron así los primeros pantalones vaqueros de Levi Strauss & Co, con la misma tela que usaban para hacer toldos y tiendas de campaña. La iniciativa respondía a una demanda de los trabajadores de las minas en California, que querían unos bolsillos con la resistencia necesaria para llevar en ellos sus herramientas. En un comienzo los había en loneta color café y en sarga azul, pero desde el lanzamiento del modelo 501 en 1890 triunfó el color azul índigo del denim. Pero entonces terminó la patente y fueron numerosos los fabricantes que comenzaron a imitar el modelo, destacando los de Wrangler y Lee.
EN REALIDAD, Y HASTA BIEN ENTRADO EL SIGLO XX, ERAN PRENDAS PARA TRABAJADORES
(mineros, mecánicos y granjeros), aunque es posible que los cowboys históricos no los hayan usado nunca. El apogeo de los movimientos de reses, con técnicas heredadas de los vaqueros mexicanos, tuvo lugar entre 1835 y 1870, mientras se construía el ferrocarril que haría desaparecer las diligencias, antes de que existiesen los pantalones de Levi's. Aunque en Hollywood no importasen esos detalles de rigor histórico, el hecho es que el cine contribuyó en gran medida a convertir esa
prenda de trabajo en icono de la moda y objeto de deseo para la juventud de todo el mundo occidental.
La primera película donde aparece un pistolero con esos pantalones es la cinta muda The Untamed (1920). Hubo que esperar a 1939, cuando John Ford vistió en La diligencia a un todavía desconocido John Wayne con unos 501 de Levi's, para que esa prenda se convirtiera en característica de cowboys. Por eso comenzamos a llamarlos vaqueros.
Luego, en el cine de los años 50, ya no necesariamente del oeste, se los veríamos usar a Marlon Brando ( Salvaje, 1953), James Dean ( Rebelde sin causa, 1955) —símbolos de una contracultura— y también a Elvis Presley, que tras El rock de la cárcel (1957) los convirtió en prenda frecuente en sus actuaciones, ofreciendo un guiño de libertad de expresión con toques de sex appeal.
También el vaquero femenino, que existía desde los años 30, triunfaría tras la Segunda Guerra Mundial, superadas las dificultades que eran producto de prejuicios sociales. Tras vérselos llevar a estrellas del cine como Marilyn Monroe ( Encuentro en la noche, 1952) y Audrey Hepburn ( Dos en la carretera, 1967), la prenda dejó de ser transgresora y ya no tuvo problemas de aceptación. En Matar a un ruiseñor (1962), niño y niña llevan unos modelos con peto.
ES IMPOSIBLE CONTINUAR LA RELACIÓN, PUES A PARTIR DE LOS AÑOS 70 SU USO FUE UNIVERSAL.
Las distintas subculturas y generaciones juveniles convirtieron los pantalones vaqueros en iconos propios, manteniendo su esencia, pero integrando variantes de la moda, desde ceñidos ( slim fit) hasta acampanados.
En su identidad, además de lo reseñado en la patente, tienen mucho que ver el tejido y el color. Para fabricar la sarga de algodón se crea una urdimbre en azul teñida con índigo, que se entreteje con la trama sin teñir en grupos de tres en tres hilos, de modo que resulte una textura densa, con líneas en diagonal. La tela resultante, de color azul por un lado y blanquecina por el revés, es resistente y no se deforma con el tiempo. El teñido tradicional se realizaba con índigo, un tinte originario de la India (de ahí su nombre) que se extraía de algunas plantas, pero actualmente se utilizan colorantes sintéticos. Tras los años 80 la moda comienza a incluir todo tipo de variantes: bordados, desgastados, descoloridos, parcheados, rotos y demás. El vaquero se adapta a todas las ideas de diseñadores para continuar siendo la prenda más popular del mundo. Y así seguimos. □