LA AGENCIA DE DETECTIVES PINKERTON
Nacido en Glasgow, en 1819, Robert Allan Pinkerton era un antiguo espía que emigró a Estados Unidos en 1842. Primero trabajó como tonelero, luego como sheriff de condado y en 1849 como el primer detective de Chicago. Fue entonces cuando fundó la North-Western Police Agency, que enseguida pasó a llamarse Agencia Pinkerton. En un tiempo en el que los estados y el Gobierno Federal dejaban el poder policial en manos privadas, la Pinkerton disfrutó de una gran acogida, promovida por éxitos como la detención de varios atracadores de bancos y de trenes. Su fama fue tal, que durante la guerra de Secesión varios de sus agentes trabajaron como espías infiltrados en las líneas confederadas y hasta lograron sabotear un complot para asesinar al presidente Lincoln. La audacia de sus misiones le granjearon admiración entre el pueblo, pero también cierto rechazo derivado de las detenciones de líderes sindicales y de su infiltración en organizaciones obreras para desbaratar huelgas y movilizaciones. O de su persecución a criminales amparados en ciertas partes del país, como los célebres hermanos James. Aún así, nada impidió que la Pinkerton siguiera creciendo hasta convertirse «casi en un brazo policial del Estado y, en tal sentido, en el antecedente del futuro FBI», explica el periodista Gregorio Doval en su libro Breve historia del Salvaje Oeste (Nowtilus, 2009). Cuando Pinkerton falleció en 1884 sus agentes trabajaban en la creación de un gran fichero que aglutinara todos sus expedientes criminales.