DELITOS SOCIOECONÓMICOS: LOS MÁS COMETIDOS EN TODO EL MUNDO
PENSAR EN EL CRIMEN NOS LLEVA INMEDIATAMENTE A IMAGINAR ALGÚN ASESINATO. SIN EMBARGO, LOS MÁS COMUNES SON, EN TODAS SUS VARIANTES. AQUELLOS QUE ATENTAN CONTRA LA PROPIEDAD DE LAS PERSONAS, CON O SIN VIOLENCIA.
Cuando alguien le menciona la Criminología, ¿qué palabras le vienen a la mente? Seguro que no ando muy desencaminada si le digo que esas palabras son crimen o criminal. Y, una vez que hemos llegado a estas definiciones, ¿cuál es el tipo de crimen en el que sus conexiones neuronales le hacen reparar en primera instancia? De nuevo, creo no equivocarme si digo que, en la mayoría de los casos, se piensa en un asesinato u homicidio. ¿Ha sido así? Es normal, no hay de qué preocuparse.
Si n embargo, l a Criminología no se encarga solo del estudio de este fenómeno delictivo, que es el asesinato, sino que realiza el análisis de numerosos y muy diversos tipos delincuenciales por lo que, estimado lector, en este artículo no vamos a hablar de sangre. Pensar en un homicidio, o incluso de forma más general, en delitos cometidos contra las personas, como lo son las agresiones sexuales o las lesiones por agresiones físicas, cuando la conversación versa sobre crímenes o criminología es común, aunque este tipo de delitos no son los más cometidos. El delito más cometido del mundo es el socioeconómico, esto es, el que se realiza contra la propiedad como lo son los robos, las estafas o los hurtos, entre muchos otros.
El delito socioeconómico es aquel que asociamos con la delincuencia común, con aquellas personas que, normalmente desde la marginalidad, desarrollan una carrera delictiva. Sin embargo, encontramos otras formas de delincuencia socioeconómica que nada tienen que ver con las personas que realizan estos actos delictivos por su situación de desventaja económica, educativa o social, sino que encontramos también otro tipo de delincuencia contra el patrimonio que podríamos denominar de alto standing, que son cometidos por personas cuya situación económica y/o social es muy elevada. Entre estos delitos podemos encontrar la corrupción económica, las grandes estafas o los fraudes a gran escala.
Veamos los dos tipos de delitos más básicos, el robo y el hurto, y analicemos cómo, por qué y por quién son cometidos.
UNA DE LAS FORMAS MÁS ELEMENTALES DE ESTE TIPO DE DELITO ES EL HURTO,
es decir, aquella acción por la que un individuo, o individuos, sustraen un objeto de una víctima. Esta puede ser individual (una persona) o colectiva (por ejemplo, un establecimiento comercial). La motivación del delincuente suele ser obtener un producto que, de otra manera, no podría permitirse
EN EL CASO DEL ROBO SÍ MEDIA ALGÚN TIPO DE VIOLENCIA, EL DELINCUENTE LO PLANIFICA Y BUSCA POSIBLES FORMAS DE HUIDA
por su situación económica o, también, para su posterior venta en el mercado ilegal. En cualquiera de los casos, el objeto del hurto suele ser de poco tamaño (como un teléfono móvil que dejamos descuidadamente encima de una mesa en la terraza de un bar o un producto de maquillaje que se hurta en un comercio).
Este tipo de delito tiene un carácter estacional, es decir, que se comete más en fechas y horarios determinados como lo son, por ejemplo, las horas en las que los comercios están abiertos y en fechas en las que hay más concurrencia, como lo son las fiestas navideñas o las rebajas.
Las personas que cometen los hurtos suelen ser clientes de los mercados en los que delinquen, generalmente son jóvenes y, en un porcentaje mayor, son hombres. Esta circunstancia también influye en cómo se comete el delito. Si hablamos de personas que se encuentran, fundamentalmente, en la adolescencia y en la primera juventud, veremos que podemos también acotar los momentos de mayor incidencia de este tipo de delito: los momentos en los delincuentes se encuentran fuera de sus instituciones educativas. Es decir, mientras están en el colegio, el instituto y la universidad, la concurrencia de los hurtos en los comercios tiende a disminuir.
Por último, la marca diferencial del hurto es que, para conseguir sustraer el objeto, el delincuente no hará uso de la fuerza, la violencia, la amenaza o la intimidación. Este tipo de delincuente rehúye la violencia y no suele acercarse a sus víctimas.
Aunque pueda parecer lo contrario, el hurto puede conseguir un objetivo económico muy elevado, como puede ser la sustracción de un vehículo sobre el que no se ejerce ningún tipo de violencia para conseguirlo (imaginemos que nos dejamos las llaves puestas y alguien se introduce en nuestro coche y se va con él).
En 1963, se cometió un hurto en un tren británico. El botín ascendió a 2.6 millones de libras (unos 40 millones de euros actuales). Los delincuentes no usaron ningún tipo de violencia ni uso de armas para cometer el hurto. Además, los ladrones podrían haber gastado el dinero sin ser descubiertos si no se hubieran parado a descansar en una granja cercana donde dejaron sus huellas y un rastro que seguir. Lo increíble es que, en su parada de descanso, se dedicaron a jugar con dinero, pero no con el robado, sino el del juego Monopoly, y fue en sus billetes, fichas y dados donde se encontraron las huellas que les costó la detención.
SUBIENDO UN POCO EN LA ESCALA DE TIPO DELINCUENCIAL SOCIOECONÓMICO, ENCONTRAMOS EL ROBO.
En este caso, se diferencia del anterior en que sí mediará algún tipo de violencia en el acto delictivo: o bien habrá agresión hacia la víctima o hacia alguna de sus propiedades (ejemplo de esto último es romper la cerradura de una casa para poder entrar y robar los objetos que hay en su interior).
El objeto de deseo en un robo es muy variado. Puede darse un robo en la vía pública, en cuyo caso se suele atacar a un peatón para conseguir dinero en metálico, pequeños dispositivos electrónicos, pero de gran valor, como puede ser un teléfono móvil. En este caso, el delincuente planificará el robo, acudirá a zonas en las que su capacidad de huida sea mejor, conocerá la zona y el tipo de víctima que necesita para conseguir sus objetivos (descuidada, con capacidad económica o poca capacidad de defensa, etc.) y conocerá las rutinas de las personas que transitan la localización elegida para cometer el robo.
En el perfil del delincuente, en este caso, también encontraremos más hombres que mujeres, de grupos de edad más amplios que en el caso del hurto, y con escasa capacidad económica. Actuarán de forma individual o en grupo, en cuyo caso, podemos hablar de bandas aisladas o de integrantes de crimen organizado.
El robo del Museo Isabella Stewart Gardner es uno de los robos de arte más famosos y misteriosos en la historia. Sucedió en la noche del 18 de marzo de 1990, en Boston, Massachusetts, EE. UU. El museo fue robado por dos hombres vestidos como policías, quienes engañaron y maniataron al personal de seguridad, logrando así ingresar al edificio.
Durante unos increíbles 81 minutos, los ladrones robaron 13 piezas de arte con un valor estimado en más de 500 millones de dólares. Entre las obras maestras robadas se encuentran El Concierto de Vermeer, La tormenta en el Mar de Galilea de Rembrandt, y varias obras de Manet y Degas. Curiosamente, los ladrones ignoraron otras obras de mayor valor económico, lo que hace pensar que se trataba de un encargo.
El robo del Museo Gardner ha sido un misterio sin resolver durante décadas. A pesar de los esfuerzos de las autoridades y del museo, las obras de arte no han sido recuperadas y no se ha identificado a los ladrones. El museo ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a la recuperación de las obras robadas, pero hasta la fecha, el destino de las piezas sigue siendo desconocido. El caso ha llevado a numerosas teorías y especulaciones sobre quiénes fueron los responsables y dónde podrían estar las obras maestras robadas. A día de hoy, el museo sigue exponiendo los marcos vacíos de los cuadros sustraídos. □
buscaron crear un interior simple y refinado que creara la sensación y el ambiente de un modelo de segmento superior. Este efecto se basa en tres elementos clave: buena visibilidad con una visión abierta y un panel de instrumentos liso y despejado; sensación de amplitud interior; y una consola central con una presencia imponente. A destacar, una consola central dispuesta en dos alturas con una gran pantalla de 9,8 pulgadas integrada, un cuadro de instrumentos Lexus Digital Cockpit de 12,3 pulgadas, y asientos delanteros envolventes, que se pueden ajustar eléctricamente en hasta ocho direcciones para los asientos delanteros y los asientos traseros se pueden dividir y plegar en proporciones 60:40.