¿Adónde irá la vieja flota?

Ante lo que se les viene encima, muchas marcas automovilísticas han anunciando que dejarán de fabricar vehículos con motores diésel. Volvo ya no producirá coches de combustión a partir de 2019. También Jaguar Land Rover ha anunciado que desde 2020 todos los coches que salgan de sus fábricas serán eléctricos. Ese mismo año se ha marcado Aston Martín para convertir en hibridos y eléctricos toda su producción. Lo que muchos se preguntan es adónde irá a parar todo ese parque de vehículos contaminantes que rechaza Occidente. Una vez más, como ocurre con los móviles y otros dispositivos electrónicos que desechamos en el primer mundo, parece que el destino es África, que se convertirá en el basurero mundial de los coches diésel usados.