Mía

NEVERA AMARILLENT­A

- ISABEL HERRERO (PALENCIA)

Si el interior de tu frigorífic­o empieza a ponerse amarillent­o y a tener mal aspecto, frótalo con un paño humedecido en agua oxigenada y, a continuaci­ón, sécalo muy bien con un paño seco que no suelte pelusa. Verás cómo el plástico vuelve a ser blanco y reluciente.

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