EL COMPRESOR ADECUADO
Para una elección correcta del compresor de aire, el profesional del taller debe tener en cuenta principalmente el uso que se le va a dar. Además, es importante considerar estos cuatro aspectos fundamentales.
1. La presión necesaria (en bares) que hay que evaluar en función de las necesidades de sus máquinas y herramientas, sin sobrevalorar ni subestimar las necesidades de presión del taller.
2. Es necesario conocer el consumo del compresor, que está expresado en metros cúbicos/hora (m3/h) o en litros/minutos (l/min). Estas dos especificaciones son las más importantes a tener en cuenta a la hora de elegir compresor. El que seleccionemos debe tener un caudal que sea, como mínimo, igual al consumo de la herramienta neumática que vamos a utilizar, aunque siempre es preferible que lo supere. Asimismo, la presión máxima del compresor debe superar en dos o tres bares, al menos, la presión nominal de trabajo de la herramienta. Además, la capacidad del calderín influye sobre el número de arranques del compresor, por lo que, si pensamos dar un uso muy continuado al mismo, será mejor que optemos por uno de mayor capacidad para alargar la vida útil del aparato.
3. Se debe analizar la calidad del aire que se requiere.
4. Hay que tener en cuenta la calidad de la distribución de aire en la empresa, así como el espacio que ocupa el compresor o el nivel de ruido que genera. Todos estos elementos determinarán la selección de un tipo de compresor u otro, teniendo en cuenta que elegir el correcto será indispensable para un buen resultado y tiempos de trabajo eficientes. Igual de importante que la elección correcta, es su posterior mantenimiento, ya que la vida útil del compresor y la calidad de los trabajos obtenidos están directamente relacionadas con la calidad de mantenimiento. Es fundamental que los profesionales del taller conozcan todos los detalles de su manejo y conservación para que la herramienta dure y aporte el acabado deseado.