Despilfarro: La historia interminable
Tengo que confesar que las promesas electorales que los grandes partidos han ido difundiendo a través de los medios de comunicación de Torrent, me están causando un inquietante desasosiego. Y es así, porque, en su esencia, aventuran un incremento del gasto público ineficiente al arrogarse competencias que están fuera de ámbito propio de los entes locales, lo cual crea las indeseadas duplicidades entre Administraciones Públicas. Especial sorpresa provoca la última promesa electoral de la omnipresente Sra. Folgado sobre “alquiler joven” para jóvenes de entre 18 y 30 años y que podría suponer un desembolso para los torrentinos y torrentinas de hasta 300 al mes. Hay que recordar, que este anuncio se efectúa cuando todavía la Generalitat Valenciana no ha abonado los más de 200 millones de euros que adeuda a miles de beneficiarios de las ayudas concedidas del Plan de Vivienda 2009-2012, y que ya se puso en marcha en tiempos del gobierno del Sr. Zapatero, pues supone una vuelta a la denominada Renta Básica de Emancipación implantada por el propagandístico Ministerio de la Vivienda de la Sra. Corredor, que tuvo que ser retirada por el Partido Popular en el 2011 ante el agotamiento de fondos públicos. Esta medida, tal y como está diseñada por la Sra. Folgado, supone una clara duplicidad del gasto público para los contribuyentes de Torrent, ya que la competencia en materia de vivienda la ostenta la Generalitat en exclusiva, tal y como le atribuye en el artículo 49.3 del Estatuto de Autonomía, y su gestión se desarrolla desde la Dirección General de Obras Públicas, Proyectos Urbanos y Vivienda, que en la actualidad se halla afanado tramitando, por un lado, las ayudas al alquiler de vivienda derivadas de los escasos fondos que el Estado ha asignado a la Comunitat Valenciana para la ejecución del Plan Estatal de Vivienda 20132016, y por otro, el abono de la tremenda deuda derivada de ayudas impagadas de planes anteriores. Y aunque debo reconocer que estimo muy loable la finalidad de la medida, sin embargo, no comparto el medio elegido por la Sra. Folgado, pues considero la subvención un instrumento ineficaz, dado que este tipo de intervención en el mercado, inyectando dinero público al sector inmobiliario, derivará, como se vio en los años 2008 a 2010, en una subida de precios del alquiler de vivienda residencial, de modo que los fondos públicos municipales terminarán en manos de inversores inmobiliarios privados. Causa verdadera lástima, como el partido antaño de liberal y de derechas, se afana en mantener una política propagandística, errática e intervencionista propia de la persona que nos abocó a esta profunda crisis, el inefable Sr. Zapatero, a fin de conseguir votos tirando de arcas municipales. Por este motivo, no quiero un partido cuyos cargos públicos malgasten mi dinero, y por ello el equipo de VOX apostamos en estas Elecciones Municipales, por proponer un presupuesto municipal controlado reduciendo ineficiencias, reduciendo los gastos políticos, suprimiendo subvenciones a partidos políticas, cargos políticos, minorando sus sueldos, eliminando personal contratado a dedo, reduciendo empresas públicas innecesarias, acabando con la duplicidad de competencias entre administraciones, en definitiva gastar aquello que es verdaderamente necesario para el desarrollo de las competencias propias del Ente Local considerando como propia, en todo caso, la mejora en la atención social y humanitaria tan necesaria en el momento en que vivimos. La justa consecuencia sería acometer una disminución de la presión fiscal, reduciendo tipo de gravamen del IBI al 0'4%, y bonificando a las familias que sufren mayores cargas como familias numerosas o con personas dependientes a cargo y pensionistas en un 90%. Asimismo, proporcionar un mejor tratamiento fiscal a los emprendedores y autónomos a fin de favorecer la creación de empleo, quienes, a nuestro entender, no tendrían que tributar por el IAE en tanto no obtengan beneficios, así como la reducción progresiva del IVTM. Estoy convencida que reducir impuestos es el modo más eficaz de ayudar en la emancipación de nuestros jóvenes pues redunda en oportunidades de empleo y otorga libertad para decidir como y en que gastar el dinero conseguido con su esfuerzo, en contraposición a subsidios limitativos, efímeros e ineficaces, y que sólo fomenta la inversión inmobiliaria.