ITALIA Y FRANCIA, A LA CABEZA
El GLP ha pasado de ser un carburante cuyo uso era meramente anecdótico años atrás, a convertirse en uno de los principales combustibles consumidos en Europa como alternativa al diésel y a la gasolina tradicionales. Países como Francia, donde el 90% de las gasolineras tiene al menos un surtidor de GLP, cuentan con una red que permite a los usuarios repostar de manera cómoda en prácticamente la totalidad de gasolineras del país. Esta facilidad es uno de los factores principales que contribuye a que el empleo del GLP esté cada vez más extendido. Italia es otro de los líderes europeos en lo que a vehículos funcionando con combustibles alternativos se refiere. Allí, las ventas de vehículos que admiten GLP crecen como la espuma año tras año. Entre las causas de este fenómeno podemos encontrar que marcas como Fiat, con una gran aceptación en el país italiano, fabrica de serie un gran porcentaje de sus coches con este tipo de combustible. Además, el gobierno italiano ha llevado a cabo programas de fomento de los combustibles gaseosos como el GLP, gracias a los cuales la adquisición de un vehículo a gas puede costar para los italianos hasta 5.000 euros menos que un homólogo diésel o gasolina, lo que sin duda ha contribuido a su prosperidad.