OBJETO DE DESEO
UNA AUTÉNTICA HISTORIA DE AMOR SE VIVE EN ESTE PISO MADRILEÑO, DONDE ESTUDIO MORGAN ENCENDIÓ LA CHISPA PARA UNIR UNA CAJA CLÁSICA CON GRANDES ICONOS DEL DISEÑO MODERNO. SUS PROPIETARIOS NO PUDIERON RESISTIRSE A TANTOS ENCANTOS.
Estudio Morgan ha realizado un trabajo impecable en esta casa donde se complementan un escenario clásico y un mobiliario rejuvenecedor.
A MODO DE PALAZZO ITALIANO
Las estancias se abren unas a otras en perfecta sintonía. Al fondo, reina de forma absoluta la chimenea de marmól azul, adquirida en París y actualizada por Estudio Morgan, al igual que el espejo con trama de hierro. En primer plano, el salón, con una butaca de Rue Vintage 74 y mesas de centro Grasshopper, de Piero Lissoni para Knoll, que acogen piezas de Murano procedentes de Judith San Quintín. La cómoda Biedermeier, de 1820, se adquirió en Rue Vintage 74. Sobre ella, fotografía de Jesús Madriñán, en Batavia, y jarrones de DomésticoShop.
CON NOMBRE PROPIO
Junto a las cortinas de Pablo Torre –en tejidos nobles-, los pufs Elephant, de Sancal, en terciopelo rosa de Pierre Frey, animan el espacio. La lámpara de pie es el modelo Captain Flint, de Flos. Abajo, el sofá Costura, de Stua, en blanco texturizado, flanqueado por las mesas Fishbone, de Patricia Urquiola para Moroso, y Flute –la redondeda negra–, de Poliform. En la otra página, Laura Montero y Marina Reyero, de Estudio Morgan. Las estanterías son diseño suyo y en la repisa de la chimenea colocaron la lámpara Plane, de Tom Dixon.
Una alfombra ovalada de lana –realizada por Pablo Torre con diseño del estudio, al igual que las cortinas– centra esta cálida y serena zona de estar donde las molduras clásicas establecen complicidades con las formas del sofá Stay, en terciopelo, y de las mesas TS Cofee, todo de Gubi. La butaca es el modelo Libera, de Stua, en nogal y tela de Kvadrat. El cerramiento acristalado, de aire art déco, da privacidad a la estancia y permite que la luz bañe el hall anexo.
Hace mucho tiempo que los actuales propietarios de esta vivienda de excepción se enamoraron del inmueble en el que se encuentra, un edificio de 1904 con protección integral.Tardaron años en encontrar un piso disponible en él, pero cuando finalmente lo lograron, su felicidad se disparó exponencialmente.Y no es de extrañar. El espacio atrapaba por las maravillosas molduras de los techos y por el suelo de tarima de pino melis que conservaba los dibujos originales. «Nada más poner un pie en la casa –explican las interioristas Laura Montero y Marina Reyero, de Estudio Morgan– supimos que nuestra intervención se basaría en el respeto y en el reto de integrar nuevos elementos como si estuvieran ahí desde siempre. Realzar la riqueza de lo existente y recuperar lo que se había perdido con los años fue nuestro objetivo». Redescubrieron su magia y la sublimaron con guiños contemporáneos en el mobiliario, de tonos sosegados, y las obras de arte. Para adaptarse a las necesidades familiares, el plan de acción mantuvo la distibución de salones enlazados entre sí mediante grandes puertas y potenció aún más la secuencia visual conectando espacios a través de cerramientos acristalados. La luz llega cruzada entre las dos fachadas a las que se abre la vivienda y para fortalecer este flow, los paramentos se unificaron en blanco con el tono All White de Farrow & Ball, en acabado Modern Emulsion. La distribución actual permite grandes reuniones familiares, y áreas de tranquilidad y descanso gracias a sus tres zonas de estar –salón, despacho y biblioteca–, al gran comedor, a la cocina con office y a los dos dormitorios que conforman el área más privada.
En cuanto al mobiliario, una piel con tanta riqueza arquitéctonica solo necesitaba unas pocas piezas e iluminación muy escogida; la protagonista es ella y necesita resaltar. El estilo responde a una cuidada selección de muebles de diseño y creaciones icónicas de autor, que cuentan con espacio suficiente para dialogar entre ellos en igualdad de condiciones, y a una estudiada lista de tejidos nobles. El cóctel de texturas incluye seda, lanas, terciopelo, mohair..., que envuelven con calidez a los afortunados habitantes de esta casa.
A los lados de la puerta del despacho, apliques Musa, de Vibia, y todo un clásico moderno: el sillón de roble de Hans J. Wegner CH22, editada por Carl Hansen & Son, con su silueta de formas orgánicas. En la otra página, librería de nogal, idea de Estudio Morgan. Sobre la alfombra de lana tibetana y seda, de Jonathan Saunders para The Rug Company, en BSB, mesa danesa de acero y mármol de Carrara, acompañada de sillas italianas de los años 60 procedentes de Rue Vintage 74, tapizadas en lana de oveja de Mongolia. De la misma tienda es también la lámpara de mesa, diseño vintage de Romeo Rega. Sobre la mesa, libros de Mestizo.
CUESTIÓN DE PERSPECTIVA
Izquierda, el suelo recuperado de madera en espiga y formando rombos conduce al luminoso hall, con el aparador en nogal Stockholm, de Mario Ruiz para Punt, y fotografía de Gregorio Civera, en DomésticoShop. Abajo, las molduras de cuarterones enmarcan una obra de los años veinte.
En la otra página, el comedor, con una alacena en madera lacada ideada por Estudio Morgan. La gran mesa Tavolo 95, de la firma De Padova, en mármol calacatta, se rodea de las sillas Mullit, de Sancal, y se anima con un grupo de jarrones cactus de DomésticoShop. La lámpara Sputnik procede de Rokc.
UN TOQUE RETRO
El suelo de damero, en mármol negro Marquina y blanco de Carrara envejecidos, y el banco, tapizado en terciopelo azul, idea del estudio, contrastan con las líneas depuradas del mobiliario de cocina. Este es también un diseño de las interioristas, realizado por Doca con acabado efecto seda y encimera de Silestone. En la otra página, la mesa Saarinen, editada por Knoll, se eligió en negro y nogal; las sillas Coco, de Gubi, están tapizadas con el tejido Steelcut Trio, de Kvadrat. En el techo, las dos lámparas Singapur proceden de Rue Vintage 74, al igual que la vajilla, de Maison Sarah Lavoine.
EXQUISITAS TEXTURAS
¡Qué buen despertar arropados por el delicioso papel pintado a mano Twiggy, de la marca Schumacher, o por la manta de piel de Ramiro Guardiola! Otros tejidos también hablan de excelencia: la moqueta de lana del suelo; el lino del plaid de Lizzo, en Pepe Peñalver; y el terciopelo de los cojines, de C&C Milano, en Macarena Saiz. A ambos lados de la cama, apliques Pin de Vibia. La lámpara de pie, de Rokc, ilumina la butaca italiana de Judith San Quintín. Estudio Morgan firma el cabecero, las cortinas y el lavabo del baño –a la izquierda–, realizado en Corian. Esta estancia está vestida con un papel de Casamance; la lámpara de suspensión es de Oty.