BUENOS PRINCIPIOS
CAUTIVA POR SU ELEGANCIA ATEMPORAL, PLENA DE SOFISTICACIÓN. LAS INTERIORISTAS MARTA RAFECAS Y REYES PÉREZ RENOVALES SON LAS ARTÍFICES DE LA EXQUISITA PUESTA AL DÍA DE ESTE PISO EN MADRID.
Marta Rafecas y Reyes Pérez Renovales han mejorado la excelente base de este piso con una decoración impecable.
Una vivienda amplia, para recibir y compartir muchos momentos con su numerosa familia. Una casa clásica, pero moderna. Funcional –donde se pudieran utilizar todas las dependencias asiduamente–, aunque sin olvidar en ningún momento el aspecto estético. Y con luz natural en grado superlativo. Toda una batería de deseos trasladada por los propietarios de este magnífico piso a las interioristas que habrían de hacerlos realidad: Reyes Pérez Renovales y Marta Rafecas. Ellas se encargaron de remodelar los interiores del inmueble, situado en un selecto barrio de la capital.
Partían de una base excelente. Ideada por el arquitecto Gutiérrez Soto, la vivienda se encontraba en muy buen estado y presentaba un bellísimo contenedor, mucho espacio y una magnífica distribución. Por ello, el trazado en planta apenas se tocó; únicamente se realizó una pequeña reforma conservando la esencia clásica y manteniendo los elementos estructurales originales. Así, se reparó el suelo de madera y también los cerramientos; las paredes de las zonas de recibo se pintaron con laca mate y con pintura plástica el resto; en los dormitorios se empapelaron algunos paramentos... Sin embargo, la verdadera transformación se logró gracias a una cuidadísima decoración que realza, y hace brillar incluso, las áreas de paso.
MUEBLES CON LÍNEAS SOFT ENVUELVEN DE INTIMIDAD Y CONFORT EL ÁREA DE TERTULIA
«Buscábamos una mezcla de piezas antiguas –algunas de ellas recuerdos de familia, como el busto de la entrada y el espejo dorado del distribuidor, que integramos a la perfección– con muebles modernos de diseño y otros nuestros que resultan totalmente atemporales. Esa combinación tan diversa ha aportado personalidad y frescura», explica Marta Rafecas.
El arte es un elemento eminentemente diferencial en la casa. Tanto los dueños como las interioristas querían incorporarlo a la decoración con naturalidad y dándole su valor real, pero sin recargar los ambientes. Esto se consiguió gracias a una gran limpieza cromática y a la liviandad de los espacios. Los colores principales son los neutros, especialmente aquellos que potencian la luz. Los toques más vivos se han introducido sutilmente a través de complementos como los sobres de las mesas auxiliares, las pantallas de lámparas y, por supuesto, los cojines, plaids o cortinas. Porque el uso de textiles es un sello característico de los interiores. «Hemos elegido telas de gran calidad: lino, terciopelo, seda... Predominan los lisos con textura en los muebles tapizados, y los estampados de flores o geometrías en almohadones y cortinas» concluye la decoradora. En resumen: los cánones estéticos del clasicismo más sofisticado quedan resumidos en esta preciosa vivienda urbana. ¡De diez!
Diseñado por las interioristas con un tapizado de Aldeco, el cabecero se apoya en una pared revestida con papel de la firma Arte. Dos apliques Tolomeo, de Artemide, en Años Luz, lo iluminan. Como mesilla, un taburete de cerámica de Anmoder. La cama está vestida con colcha de lino blanco de Lizzo y cojines de Pepe Peñalver; también hay modelos de Mark Alexander y Nacho de la Vega. El plaid azul centra la atención. Adquirido en Rue Vintage 74, coordina con otros azules, como el de la alfombra, de Zigler, y el del banco antiguo, con almohadón de lino amarillo de Pablo Torre. El cuadro es una obra de Canogar. Las cortinas son de Gastón y Daniela; los estores, de Yutes.