HECHA DE LUZ
PURA TRANSPARENCIA Y CON UNA BELLEZA TAN SERENA COMO POTENTE, ESTA CASA CONVERSA CON EL PAISAJE DESDE SUS CUATRO PUNTOS CARDINALES. EL ESTUDIO DE MAUSHA MARSÁ FIRMA LA DECORACIÓN.
La claridad y el espacio se alían con el arte contemporáneo en esta impresionante vivienda. El equipo de Mausha Marsá firma el interiorismo.
El l lujo del espacio y de la luz se hace palpable en esta imponente edificación de 2016. Sus propietarios deseaban vivir rodeados de vegetación y tras mucho buscar, descubrieron una preciosa parcela en una urbanización cercana a Madrid. Había también una casa, que, sin embargo, no se ajustaba a sus necesidades. De ahí que decidieran construir una nueva, más acorde a su modo de vida. Para llevar a cabo este sueño, la familia depositó su confianza en Agustín Marsá Serrats como project manager; quien dirigió al equipo técnico de José Luis Gahona Fraga, del estudio Darro18 Arquitectos, y al estudio de interiorismo de Mausha Marsá, que, además, se ocupó de la edificación con su división MM Construcción, dirigida por Luis Marsá. La coordinación entre todos ellos fue milimétrica desde el minuto cero.
El plano obedeció a dos objetivos muy concretos: que los ambientes rebosaran de luz natural y que dialogaran con el entorno. Con un diseño contemporáneo y revestida de piedra,la vivienda se caracteriza por sus grandes volúmenes proyectados hacia el exterior de la fachada norte, a la que llenan de claridad y paisaje. Los cerramientos –correderas con perfiles casi invisibles de las marcas Schüco y MinimalWindows– convierten las vistas en obras de arte a través de los grandes vanos acristalados.Del hall de entrada parte la escalera hacia las distintas alturas; desde todas se disfruta de maravillosas panorámicas sobre el jardín, con árboles crecidos.
SIMETRÍA, FLUIDEZ Y ORDEN: LAS BAZAS DEL EQUILIBRIO Y LA PROPORCIÓN
En la planta baja se instaló el gran salón –con varias zonas–, el comedor y la cocina con office. En las entreplantas y el primer piso están los dormitorios, que disponen de zona de trabajo, vestidor y cuarto de baño. El semisótano se destinó al ocio: sala de juegos, otra de cine, bodega y gimnasio-spa. Una distribución muy ordenada, que consigue espacios confortables, fáciles de vivir.
Respecto a los criterios decorativos, Mausha Marsá explica que buscaron potenciar la espectacular arquitectura y lograr ambientes acogedores: «Partimos de una caja blanca que revestimos con roble natural en suelos y en algunos frentes para dar continuidad y armonía. A continuación, dotamos de personalidad y equilibrio estético cada estancia y pensamos en su funcionalidad según el uso, pero siempre con un denominador común muy reclamado por los propietarios: el color». Fucsias, morados, verdes, mostazas, turquesas, negro... tienen cabida aquí y encuentran su máxima expresión en el arte contemporáneo y en su vehemencia cromática. El resultado es una casa llena de luz, naturaleza, amplitud, fuerza y energía. Magnífica energía.