Cortinas 3, 2, 1...
Despeguen!Van a ser el gran boom de la época en que entramos, la tendencia que arrasará en los nuevos interiores. La pasada década fue una edad de oscurantismo para la cortina. La economía en los recursos decorativos nos obligó a ciertas desatenciones y, por aquello de hacer de la necesidad virtud, dejamos las ventanas arregladas con huérfanos estores blancos que, aun reconociendo que hicieron un papel bastante digno, se repetían en todas las habitaciones dándoles esa uniformidad de la que huimos a la hora de vestir nuestros espacios privados. Tras estos años de olvido, las casas recobran ahora la diferencia, y los motivos o estampados en los textiles aportan de nuevo ambientes de personalidad marcada. Pero, como todo lo que regresa tras una larga ausencia, no vuelven igual; hay elementos –bandós, volantes, alzapaños y demás fruslerías de cuyo nombre no puedo acordarme–que la sensatez ha dado por perdidos, y bien perdidos estén. Sí que nos gusta la aplicación de una banda inferior (ancha, muy ancha), realizada en un color y material de contraste; por ejemplo, el lino y el terciopelo hacen una novedosa pareja, sencilla y muy elegante. Veremos muchas. Por otra parte, las muy largas, que arrastran un poco y se montan ligeramente en el suelo, mantienen nuestro reconocimiento. ¿Qué le gustaría a Nuevo Estilo que trajera consigo el retorno de las cortinas? Celebraríamos recuperar la figura del tapicero artesano, aquel que daba su toque de alta costura, con medidas y remates impecables, y que hoy es tan difícil de localizar. Con eso, el ascenso ya sería glorioso.