Tras pasar por las manos de Abrils Studio, este inmueble barcelonés de 1900 muestra su gran potencia estética.
ESTA CASA DE PRINCIPIOS DE SIGLO EN TERRASA DERROCHA TRADICIÓN ARQUITECTÓNICA, RESCATADA POR ABRILS STUDIO CON DEPURADA AUDACÍA Y MUCHO RESPETO.
En el centro deTerrasa (Barcelona), en un barrio con vocación de pueblo y espíritu industrial –todavía se conservan chimeneas y fábricas reconvertidas–, se esconde este tríplex, dentro de un inmueble proyectado en 1900 por el arquitecto Lluís Muncunill, el maestro modernista de la ciudad. Cuando Anna Alegre, al frente de Abrils Studio, acometió su reforma con un mimo desbordante, el edificio, en estado de semirruina, estaba estructurado en una vivienda de planta baja con jardín trasero y un dúplex con terraza. Un trabajo simultáneo rehabilitó la finca y unió las casas en un único espacio, convirtiendo la escalera en el eje narrativo del diseño. Cada planta es diáfana, con una única función que va aumentando en escala de intimidad según se asciende de piso: recibir-estar (baja), trabajar (primera) y descansar (última).
El salón ganó doble altura al eliminar parte del forjado del primer nivel. En esa nueva pared se abrió una gran ventana para mejorar la entrada de luz, porque la claridad era una petición indispensable. Esta atraviesa ahora de este a oeste los espacios con un estudiado sistema de ventanas y puertas de cristal cruzadas, vanos de nueva creación y un lucernario. «Queríamos acentuar la construcción original pero con mesura, en busca de un todo equilibrado y armónico», explica Anna Alegre. Para ello, mantuvieron los techos altos, las vigas y bovedillas originales, y dejaron al descubierto uno de los muros, que muestra el ladrillo antiguo a lo largo de los tres pisos.
Un punto focal tan intenso necesitaba blanco liso en el resto de paramentos para compensar color y textura. La iluminación también entra al rescate del pasado: tiras de LED enfocan directamente el entramado de maderas del techo. El aire fabril se combinó, para suavizarlo, con piezas serenas conscientes del espacio. La mayoría de los muebles de la planta baja son diseños de Antique Boutique, con un toque suave y acogedor, y pocas concesiones al exceso. El resultado es joven y fresco, en una perfecta comunión entre presente y pasado.