ECUACIÓN PERFECTA
EN UNA TOTAL CONEXIÓN IN & OUT, EL ESTUDIO DEL INTERIORISTA LUIS PUERTA HA CREADO UN HERMOSO ESPACIO EN CALMA FUNDIDO CON EL ENTORNO. UNA VIVIENDA BELLA Y LUMINOSA, PENSADA PARA AVIVAR LOS SENTIDOS.
Luis Puerta imparte una lección de elegancia en esta vivienda conectada con la naturaleza.
Rodeada de un jardín espectacular, esta vivienda en la urbanización de Prado Largo, al oeste de Madrid, resume la simbiosis ideal entre arquitectura-paisajismo-interiorismo. Los propietarios querían un hogar familiar en plena naturaleza, pero cerca de la ciudad y, sobre todo, del colegio de sus hijas.Y aquí tenían lo que buscaban. Para dar alma y contenido a la casa, levantada en 2017 por el arquitecto Diego Tobal, confiaron en el estudio de Luis Puerta: «Modificamos un poco el proyecto, y elegimos materiales y acabados. En los suelos, optamos por piedra de Campaspero en tonos neutros para la planta baja y los baños, y por tarima de roble de la firma Grato para el primer piso. Un papel japonés de Nacho de laVega reviste el cuarto de baño de invitados y la zona de estar», explica el interiorista. Esta noble piel está al servicio de una formidable edificación con amplias estancias diáfanas, y refuerza toda la claridad que atrapan sus ventanales.
La decoración cumple con creces una doble finalidad, no siempre fácil de conseguir cuando las dimensiones son grandes. Por un lado, permite la circulación fluida y realza el vacío per se como elemento estético. Por otro, aporta el confort, la sensación acogedora y la calidez necesarias en un espacio residencial. La luminosa paleta de colores neutros, una cuidada selección de piezas de mobiliario –muchas diseñadas por el propio estudio de interiorismo–, el delicado juego de texturas, el refinamiento de acabados y textiles... dan como resultado un lujo sencillo, ultranatural y muy personalizado, característica común en todos los trabajos de Luis Puerta.
Esa atmósfera interior, tan etérea, se empapa del verde que rodea la construcción. El patio central abierto funciona a modo de claraboya e ilumina zonas más oscuras, como los pasillos, mientras que el magnífico jardín naturalizado, ideado por el paisajista Álvaro Sampedro, se convierte en una isla vegetal en medio del campo circundante. Se han respetado las encinas existentes y la pradera cambia al compás de las estaciones. Ese ciclo vital puede seguirse como un cuadro pintado a través de los acristalamientos, de la firma Technal, que lo enmarcan. La casa –ahora en venta– es un elemento más del paisaje. Forma un todo con él en perfecta armonía.