ESTO VIENE DE LEJOS
EL RECICLADO CREATIVO no es nuevo en la historia del arte contemporáneo, los desechos se han utilizado siempre como “valioso” medio de expresión.
Los padres del collage, Picasso y Braque, ya empleaban a principios de siglo residuos en sus piezas tridimensionales. El pop haría lo mismo a mediados de los 50 en su irónica reflexión sobre los hábitos de consumo.Y en 1961 el autor conceptual Piero Manzoni criticaba el mercado del arte con su polémica Mierda de artista: una serie de noventa latas, numeradas y firmadas, llenas de sus excrementos –aunque se ha especulado con la autenticidad del contenido, nunca se ha llegado a abrir ninguna lata para no estropear las obras, en manos de grandes museos y coleccionistas–. En Italia surgía años después el Arte Povera, bautizado así por su uso de materiales pobres como paja, piedras, ramas, cuerda... como instrumentos para denunciar la sociedad mercantilista. Mario Merz, con sus famosos iglúes (arriba), fue su máximo exponente.
En una línea similar, las figuras del Nuevo Realismo –César, Jean Tinguely,Yves Klein– se afanaron en los 60 por transformar objetos cotidianos en instalaciones artísticas. Coetáneo, el movimiento Fluxus se convirtió en un nuevo Dadá con su mezcla de prácticas creativas y su afición por los objetos insólitos. Junto a estas líneas, obra de Joff Vostell que se puede ver en su museo de Malpartida, en Cáceres.