Oleoturismo, un valor estratégico para la almazara
Cuando se habla de ventajas comparativas entre países, no podemos obviar que España se posiciona a la cabeza de muchas economías, no sólo desde el punto de vista productivo, sino también en el sector servicios. De este último apartado ligado al turismo, España supera sus cifras año tras año, no sólo de visitantes, sino también de ingresos por turismo, y el efecto multiplicador, es decir, la cantidad de ingreso en relación al gasto turístico que realizamos en un determinado territorio ligado a la actividad turística, es para tener en cuenta, que en cuestión de destinos preferidos para realizar actividades de ocio, somos un lugar atractivo y lleno de potenciales turistas que desde el enfoque de la demanda, realizan sus consumos y compras y así, generan riqueza en un destino turístico.
En esta encrucijada anteriormente expuesta, todo recurso que pueda constituir la configuración de un producto turístico es bienvenida. Es aquí donde surge el fenómeno del oleoturismo como, desde una perspectiva general, la posibilidad de transformar el paisaje del olivar y las almazaras en un atractivo turístico para el disfrute de visitantes interesados en conocer el medio rural, la naturaleza y la cultura, el paisanaje y saboraje mediterráneo.
En este punto, cada vez son más las almazaras que articulan procesos de configuración de productos turísticos ligados a lo que podemos denominar oleoturismo y cada vez, en mayor medida, surge un interés generalizado en conocer hacia qué modelo de gestión turística, desde el punto de vista empresarial y territorial, puede desembocar este proceso que está aún por eclosionar.
Obviamente, para saber qué es el oleoturismo, en primer lugar, habría que preguntarse si una empresa está preparada para ofrecer mucho más que productos agroalimentarios, en este caso, Aceites de Oliva. Es aquí, cuando dicha empresa debe de desarrollar lo que podemos denominar “configuración de un paquete de experiencias”, y ello no se basa en hacer visitas durante la campaña o simplemente en ponerlo en la página web.
Ofrecer un paquete de experiencias conlleva, en primer lugar, un compromiso implícito de la empresa que quiera realizar oleoturismo y ese compromiso debe situar al turista como el eje principal de la actividad, es decir, que la empresa deberá establecer una estructura para ofrecer unos servicios que permitan al turista o grupos de turistas disfrutar de esta experiencia en cualquier momento del año, sea en fines de semana o en festivos.
Una vez que la empresa goza de una estructura perfectamente adaptada al turista, es el momento de crear, y para crear hay que analizar, por lo que no estaría de más que la empresa realice un análisis D.A.F.O. (debilidades, amenazas, fortalezas, oportunidades) para hacer un diagnóstico rápido y poder profundizar en aquellas cuestiones que se hayan detectado como fundamentales y, una vez corregidas estas cuestiones, realizar el proceso de creación del paquete conectando con el territorio. Conectar y crear son dos palabras que deben de ir de la mano en este proceso, porque en la mayoría de ocasiones, una almazara, además de producir aceites, también presenta singularidades, y estas singularidades son elementos que no se pueden copiar y que harán que un paquete tenga una dosis de personalidad y estilo propio.
Llegados a este punto, la empresa es consciente de la importancia de desarrollar esta unidad