Carmen Capiscol Pérez de Tudela, PhD Responsible for R&D and Innovation de Citoliva
"EN EL EQUIPO DE I+D+I DE LA EMPRESA DEBE HABER PERSONAL CUALIFICADO CON ALGUNA TITULACIÓN TÉCNICA Y EXPERIENCIA SUFICIENTE PARA COORDINAR LA ACTUACIÓN"
Pese a llevar ya algunos años trabajando en el sector del olivar todavía detecto un gran desconocimiento sobre el apoyo financiero que las administraciones regionales y nacionales ofrecen a las actividades de I+D+i. Es más, si preguntáramos sobre el significado de estas siglas, una gran mayoría es probable que desconozca que se trata de una forma abreviada de representar Investigación, Desarrollo e Innovación o, lo que es lo mismo, los estadios por los que pasa un nuevo producto o proceso hasta llegar al mercado.
Pero estos conceptos, ¿aplican a las empresas oleícolas? Desde CITOLIVA, el Centro Tecnológico del Olivar y del Aceite, tenemos el claro convencimiento de que así es, de hecho, esta sería nuestra razón de ser: promover en el sector oleícola y agroalimentario e industria auxiliar las actividades de I+D+i, con el objeto de mejorar su competitividad basada en la tecnología y el conocimiento científico.
Pero toda actividad de I+D+i conlleva un riesgo, en el sentido de que, pese a requerir de recursos humanos, materiales, tecnológicos y financieros, no siempre se van a obtener los resultados esperados. Es por ello que las administraciones públicas entran a apoyar este tipo de actividades con el objeto de incentivar su ejecución, tanto a través de programas específicos de ayudas como mediante deducciones fiscales por I+D+i reguladas en el artículo 35 de la Ley 27/2014 del impuesto sobre sociedades.
Respecto a las ayudas públicas en Andalucía, cuna olivarera, la Agencia IDEA tiene actualmente vigente el Programa de Apoyo a la I+D+i empresarial. Si bien cada Comunidad Autónoma suele contar con un programa similar gestionado por la administración regional competente, la intensidad de la ayuda será mayor en regiones con un menor nivel de competitividad de acuerdo a los baremos aplicados por Europa, como le ocurre a Andalucía. A nivel nacional, CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), dependiendo del Ministerio de Economía, Indus- tria y Competitividad, es el principal organismo financiador de proyectos empresariales de I+D+i. El acudir a una entidad regional o a CDTI u otro organismo a nivel nacional va a depender del tipo de proyecto, de la necesidad de socios de otra comunidad y del presupuesto estimado del mismo.
Los gastos que financian estas ayudas (e igualmente aplicables en la deducción fiscal por actividades de I+D+i) son los propios de proyectos de estas características: horas de personal dedicado a las tareas de I+D+i, materiales y fungibles necesarios, equipos (en general sólo se va a cubrir la amortización, con algunas excepciones) y colaboraciones técnicas necesarias para llevar a cabo la ac-
tuación. En este sentido, las subcontrataciones de entidades que aportan conocimiento científico y técnico como universidades, organismos públicos de investigación y centros tecnológicos son, de hecho, muy recomendables y necesarias y, en algunos casos, imprescindibles para poder complementar el conocimiento donde no llega la empresa y alcanzar la consecución de los objetivos planteados en el proyecto.
¿Qué tipo de empresa puede solicitar estas ayudas? En primer lugar cualquiera con interés en acometer una actuación de mejora significativa de un producto o proceso, o bien el desarrollo de productos o procesos nuevos, pero, paralelamente, también es necesario tener cierta estructura de personal y financiera, en el sentido de que estas ayudas sólo van a financiar actividades creíbles desde un punto de vista técnico y económico.
Pongamos algunos ejemplos relativos a la plantilla. En primer lugar, en el equipo de I+D+i de la empresa debe haber personal cualificado (como mínimo, el jefe de proyecto) con alguna titulación técnica y experiencia en la empresa suficiente para que tenga la capacidad de coordinar la actuación. Por otro lado, no es factible para una empresa que sólo cuenta con tres empleados en nómina dedicar horas a tareas de I+D+i, puesto que con una estructura tan pequeña no sería compatible con el normal funcionamiento de su actividad y con su viabilidad, dado que los resultados de I+D+i se rentabilizan a medio o largo plazo. Tampoco es incentivable que la empresa con poco personal decida subcontratar la totalidad de la actuación o una parte muy elevada de esta, dado que un “llave en mano” no se considera un proyecto de I+D+i al no estar la empresa involucrada en su desarrollo, sino que éste lo realiza directamente un tercero que es el propietario del “know-how”.
En lo relativo a la capacidad financiera hay que destacar que las empresas en crisis no serían beneficiarias de estas ayudas. Igualmente, y para las empresas que sí son beneficiarias, tiene que haber un equilibrio entre los estados contables y el presupuesto de la actuación de I+D+i, es decir, debe haber una adecuación del presupuesto del proyecto a la capacidad económico-financiera de la empresa.
Los organismos concedentes de ayudas tienen la obligación de publicar el listado de beneficiarios, con lo que una consulta a estos datos es una excelente fuente de información de cara a conocer los proyectos de futuro de las empresas del entorno, de manera que pueden detectarse principales competidores y/o aliados, además de ayudar a conformar nuestro proyecto de I+D+i para no repetir algún tema que ya haya sido financiado, puesto que difícilmente va a volver a incentivarse si no presenta alguna diferencia sustancial.
Dado que en una primera aproximación las ayudas de I+D+i pueden ser algo complejas, es recomendable buscar a un compañero de viaje experimentado, al menos, al iniciarse en estas actividades.