Nuevas prioridades en una Europa que busca el equilibrio
Con motivo de las negociaciones de los nuevos presupuestos europeos para el período 2021-2027, dentro de los cuales se encuentra la Política Agrícola Común (PAC), los diferentes implicados y afectados por las estrategias desarrollados en el las políticas europeas, y como consecuencia nacionales han lanzado a través de las diferentes organizaciones propuestas de mejora con respecto a la PAC actual, así como demandas necesarias para conseguir un mejor equilibrio dentro de la cadena alimentaria, y como consecuencia la llegada a los consumidores. Todas las propuestas buscan una mejora en los agricultores y ganaderos, como elementos fundamentales en la mejora del medioambiente, y como forma de vida.
Estos días se está negociando en Bruselas los presupuestos europeos para el periodo 2021-2027. La Comisión ha propuesto un presupuesto pragmático, moderno y a largo plazo. Presupuestos adaptados la realidad actual en la que se espera que Europa desempeñe un papel más importante en la provisión de seguridad y estabilidad en un mundo inestable, en un momento en que el Brexit dejará una brecha considerable en el presupuesto de la UE. La propuesta de la Comisión alinea el presupuesto de la Unión con las prioridades políticas de la Comisión, como lo refleja la agenda positiva del presidente Jean-Claude Juncker en su discurso sobre el Estado de la Unión el 14 de septiembre de 2016 y acordado por los líderes de la UE27 en Bratislava el 16 de septiembre de 2016 y en la Declaración de Roma de 25 de marzo de 2017. Al centrarse en las áreas en las que la Unión está mejor situada para cumplir, se trata de un presupuesto para una Europa que protege, empodera y defiende.
Conforme a ello y en cada área de influencia, la negociaciones de unos presupuestos equilibrados y actuales no debería alejar de un entendimiento de las necesidades de cada sector y las políticas ya establecidas desde los orígenes de la Unión Europea, por tanto y ante esto la organización ASAJA realiza un informe de la situación actual española y la implicación de la nuevos presupuestos de la PAC y el sector.
Análisis sobre la PAC
La Política Agrícola Común es, desde el origen de la Unión Europea, la principal y prácticamente la única política común de Europa. Los gastos derivados de la PAC, ya sean de apoyo a la renta de los agricultores y ganaderos, sensiblemente inferiores a otros sectores económicos, a medidas destinadas a mejorar el medioambiente y la lucha contra el Cambio Climático a través de los distintos pagos medioambientales, las medidas de sostenimiento de los mercados y actuaciones para paliar crisis de precios y garantizar una estabilidad en aprovisiona- mientos y precios, así como los fondos destinados a mejorar las condiciones de vida y generación de actividad en el medio rural son medidas financiadas, la mayoría de ellas en su totalidad, con fondos europeos, por lo que es lógico que absorban buena parte del Presupuesto comunitario.
Aun así, el gasto agrario ha ido disminuyendo de forma importante en los últimos años, pasando de ser superior cercano al 80% a comienzo de los años 80 para llegar a un 38% hoy en día. Teniendo en cuenta que el Presupuesto de la Unión Europea representa 2/2 aproximadamente el 1% del PIB de los países que forman el club comunitario, y que la actividad agrícola, ganadera y forestal es fuente de la alimentación de más de 500 millones de consumidores y gestiona más del 80% del territorio de la Unión Europea, más que un gasto, podemos afirmar que es una inversión en Europa.
España es el segundo país perceptor de fondos de la PAC, siendo estos una herramienta esencial para la es-
tabilidad de las rentas de agricultores y ganaderos, que en muchos casos están percibiendo precios por sus producciones muy similares a los de decenios anteriores, debido a la volatilidad de los mercados, la presión de intermediarios y prácticas abusivas de la distribución en el seno de la cadena alimentaria y la competencia de productos importados, muchos de los cuales no deben cumplir con las exigentes normas de producción a las que estamos sometidos en la UE.
La Comisión Europea acierta a la hora de marcarse nuevas prioridades en materias tan sensibles para Europa como es la seguridad y defensa, las políticas de emigración, la innovación y el apoyo a los jóvenes, en liderar compromisos ambientales como los adoptados en el seno de la COP21 para combatir el calentamiento global y el cambio Climático o los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Pero ello no debe ser un obstáculo para permitir que instrumentos integradores como la PAC, que llega a cada uno de los pueblos de Europa, y mantiene el tejido socioeconómico y la diversidad de nuestros territorios, siga desarrollándose y sea capaz de responder a las nuevas demandas de la sociedad.
Asaja entiende que la salida del Reino Unido supone un serio quebranto para las arcas presupuestarias comunitarias. La propia Comunicación de la Comisión sobre los distintos escenarios para el presupuesto futuro desvela de forma muy gráfica como los principales países contribuyentes al presupuesto comunitarios son igualmente los que más se han beneficiado de las ventajas de pertenecer a un Mercado Único, ya que el mayor progreso de los menos avanzados supone para los más industrializados un importante mercado para sus bienes de equipo, servicios financieros o ingenierías de todo tipo.
Dicha organización propone una PAC que nunca debe perder la C de Común, y por ello debe alejar de forma clara e inequívoca cualquier atisbo de renacionalización o de financiación de los Pagos Directos, elementos esenciales para la estabilidad de las rentas de los agricultores y ganaderos.
Presupuestos 2021-2027 de la UE
En general, la Comisión propone un presupuesto a largo plazo de 1.135 millones de euros en compromisos (expresados en precios de 2018) durante el período comprendido entre 2021 y 2027, equivalente al 1,11% del ingreso nacional bruto de la UE-27 . Este nivel de compromisos se traduce en 1.105 millones de euros (o el 1,08% del ingreso nacional bruto) en pagos a precios de 2018.
Para llevar a cabo la financiación de las nuevas necesidades europeas, considera que la Comisión la necesidad de aumentar los niveles actuales de financiación, invertir en áreas como la investigación y la innovación, los jóvenes, la economía digital, la gestión de fronteras, la seguridad y la defensa contribuirán a la prosperidad, la sostenibilidad y la seguridad en el futuro.
Al mismo tiempo, la Comisión ha llevado a cabo un análisis crítico de donde se puede realizar ahorros y mejorar eficientemente en los presupuestos, propone que la financiación de la Política Agrícola Común y la polí- tica de cohesión se reduzca moderadamente (ambas en torno al 5%) para reflejar la nueva realidad de una Unión en 27. Estas políticas se modernizarán para garantizar que puedan seguir ofreciendo menos e incluso servir nuevas prioridades Por ejemplo, la política de cohesión tendrá un papel cada vez más importante en el apoyo a la reforma estructural y en la integración a largo plazo de los migrantes.
Se busca que el resultado de estos cambios permita un reequilibrio del presupuesto y una mayor atención a las áreas en las que el presupuesto de la UE puede marcar la mayor diferencia. Propone un presupuesto moderno en el que se prevén nuevos recortes en burocracia estableciendo normas mas coherentes en base a un único reglamento. Se establecen objetivos más claros y centrarse más en el rendimiento.
Propuestas de la Comisión
La Comisión propone un presupuesto simple, con una estructura más clara y más alineada con las prioridades de la Unión. En la actualidad, los fondos se distribuyen en demasiados programas e instrumentos, tanto dentro como fuera del presupuesto. Por lo tanto, la Comisión propone reducir el número de programas en más de un tercio (de 58 actualmente a 37 en el futuro), por ejemplo, reuniendo fuentes fragmentadas de financiación en nuevos programas integrados y racionalizando radicalmente el uso de instrumentos financieros, incluso a través del Fondo InvestEU.
La idea es poder reaccionar de forma rápida y eficiente a los desafíos, como la migración y la crisis de refugiados, se busca un presupuesto flexible dentro de los programas y entre ellos, fortaleciendo los instrumentos de gestión de crisis y creando una nueva “Reserva de la Unión” para abordar eventos imprevistos y responder a emergencias en áreas tales como seguridad y migración.
Una innovación importante en el presupuesto propuesto es el vínculo reforzado entre la financiación de la UE y el Estado de Derecho. El respeto del estado de derecho es una condición previa esencial para una buena gestión financiera y una financiación eficaz de la UE. Por lo tanto, la Comisión propone un nuevo mecanismo para proteger el presupuesto de la UE de los riesgos financieros relacionados con las deficiencias generalizadas del Estado de Derecho en los Estados miembros. Estas nuevas herramientas propuestas permitirían a la Unión sus-
LA COMISIÓN PROPONE UN PRESUPUESTO PRAGMÁTICO Y A LARGO PLAZO
pender, reducir o restringir el acceso a la financiación de la UE de forma proporcional a la naturaleza, la gravedad y el alcance de las deficiencias del Estado de Derecho.
La necesidad de una Unión Europea Económica y Monetaria fuerte, favorece el desarrollo de los países y como consecuencia de Europa, dentro de estas propuestas define un nuevo programa de ayudas a la reforma que, con un presupuesto global de 25 000 millones de euros, ofrecerá apoyo financiero y técnico a todos los Estados miembros para la realización de reformas prioritarias, especialmente en el contexto del Semestre Europeo. Además, un mecanismo de convergencia proporcionará ayuda específica a los Estados miembros que no pertenecen a la zona del euro en su camino hacia la unión de la moneda común. Una Función Europea de Estabilización de Inversiones que ayudará a mantener los niveles de inversión en caso de grandes shocks asimétricos. Comenzará en forma de préstamos consecutivos con cargo al presupuesto de la UE de hasta 30 000 millones de euros , junto con asistencia financiera a los Estados miembros para cubrir los costes de los intereses. Los préstamos brindarán apoyo financiero adicional en un momento en que las finanzas públicas se alargan y deben mantenerse las inversiones prioritarias.
La propuesta de la Comisión también prevé fuentes modernas de financiación para el presupuesto de la UE. Concretamente, la Comisión propone financiar las nuevas prioridades mediante una combinación de dinero (aproximadamente el 80%), redistribuciones y ahorros (aproximadamente el 20%).
El hecho de que el Reino Unido salga de la UE brinda la oportunidad de abordar el complicado sistema de descuentos e incluso “descuentos en reembolsos”. La Comisión propone eliminar todas las rebajas y reducir del 20% al 10% la cantidad que los Estados miembros mantienen al recaudar los ingresos aduaneros.
Sobre la base de las propuestas, la Comisión irá presentando en las próximas semanas, propuestas detalladas para los futuros programas financieros sectoriales específicos. La decisión sobre el futuro presupuesto de la UE a largo plazo recaerá en el Consejo, por unanimidad, con el consentimiento del Parlamento Europeo. Por lo tanto, se debe dar la máxima prioridad a las negociaciones y se debe llegar a un acuerdo antes de las elecciones al Parlamento Europeo y la cumbre en Sibiu el 9 de mayo de 2019.