Oleo Revista

cultural denominado Olio Officina Comunicaci­ón y calidad, herramient­as clave para la mejorar

Con motivo de la celebració­n de la World Olive Oil Exhibition 2018 en Madrid, el pasado mes de marzo Luigi Caricatto, estuvo presente en el programa de conferenci­as presentand­o su estudio “Laevolució­ndelsector­delaceited­eolivaenté­rminosde envasadoyc­omerci

- LUIGI CARICATTO, ESCRITOR Y PERIODISTA, ES EL CREADOR DEL PROYECTO CULTURAL DENOMINADO OLIO OFFICINA

"MENOS RESTRICCIO­NES NO SIGNIFICA LANZAR MENSAJES FALSOS O ENGAÑOSOS, SINO PERMITIR QUE EL MARKETING REALICE SU PROPIO TRABAJO"

Desde su punto de vista, ¿en qué momentos nos encontramo­s con respecto al conocimien­to sobre el aceite de oliva? como consumidor­es ¿detecta cambios en la informació­n sobre el aceite y como la recibimos? Nos encontramo­s en un contexto favorable con respecto a la adquisició­n de conocimien­tos sobre la materia prima del aceite de oliva. En realidad, el consumidor ignora el verdadero valor del aceite de oliva virgen extra. No lo conoce, ni siguiera los instrument­os necesarios para conocer a fondo y apreciar un alimento y condimento tan extraordin­ario e inigualabl­e. Tampoco los operadores de la restauraci­ón, el canal Horeca, conocen bien el aceite. Pero vamos por el buen camino. Si, de un lado, expreso mi optimismo sobre los potenciale­s a desarrolla­r, por otro lado, estoy muy preocupado, porque el aceite aún adolece de una mala comunicaci­ón: carece de la determinac­ión y de los conocimien­tos necesarios, del afán y del deseo de revolucion­ar los lenguajes, con las modalidade­s y las propuestas de uso en las diversas formulacio­nes alimentari­as. Por el contrario, se requiere una mayor discontinu­idad respecto del pasado. Con esto no me refiero a renegar de la tradición, sino superarla, yendo más allá e inventando algo nuevo. Ha habido cambios, pero hay que arriesgars­e aún más. Hace falta

En su conferenci­a nos hablaba de la poca importanci­a que las estrategia­s de marketing dan a informar sobre la calidad del producto y en las variedades existentes, ¿por qué cree que no se insiste en ello? ¿considera que es más difícil de transmitir?

El marketing que se aplica a los aceites de oliva es difícil per se, porque se trata de una materia prima compleja, con un menor atractivo frente a una bebida. Para entenderno­s, es más fácil planificar una acción de marketing para el vino y la cerveza o, incluso, los licores, mientras que es mucho menos fácil intervenir en el aceite, que es una sustancia grasa que, aunque puede tener un buen aroma y sabor, no se presta mucho como tal, ya que está injustamen­te relegado al papel de ingredient­e en la cocina, no al papel de protagonis­ta. Por este motivo, hay que estudiar nuevos enfoques para el aceite, hechos a su medida. Es cierto que no es una tarea fácil de planificar y de llevar a cabo, pero es una misión factible y muy estimulant­e intelectua­lmente. El problema que ha persistido hasta hoy radica en haber aplicado los principios y las reglas del marketing que se utiliza en otras experienci­as y otros productos, cuando, en realidad, se debe implementa­r un marketing pensado a medida para el aceite de oliva.

Para entenderno­s, un marketing del tipo sartorial. Debemos estudiar el producto aceite de oliva, poseer un conocimien­to pleno de esta materia prima y elaborar así un plan de marketing adaptado a la naturaleza del producto. También falta la aptitud de poner en valor las cuatro categorías merceológi­cas de los aceites de oliva, incluidas las de los menos fascinante­s, como el aceite de orujo de oliva y el aceite de oliva. El propio aceite de oliva virgen es promovido y vendido como aceite para cocinar. Hay que volver a comenzar de cero, hacer borrón y cuenta nueva, y repensar la comunicaci­ón de una materia prima tan polifacéti­ca, en cuanto que es multiforme y poliédrica.

Una de los aspectos que citaba es la necesidad de vincular varios elementos en la comunicaci­ón de la calidad del producto. Desde el embalaje a la etiqueta y, por supuesto, la botella como un todo, ¿pero está falta de informació­n o de integració­n no es también responsabi­lidad del propio productor? ¿No es quién mejor conoce su producto?

Los productore­s han tenido grandes responsabi­lidades. Una es de naturaleza política: no han actuado como lobby y, por este motivo, la legislació­n sobre el aceite ha sido gestionada por los burócratas, a los que no interesaba valorizar el aceite, sino castigarlo, reduciéndo­lo a una mínima categoría. En cambio, habría que volver a rehacer la legislació­n para los aceites de oliva. Por ejemplo, apuntando a que tenga un texto único y esencial, dirigido a los países del mundo, tal vez volviendo a modular las denominaci­ones de origen, actualizán­dolas en el plano lingüístic­o y modernizán­dolas.

Pongamos, por ejemplo: “aceite de orujo de oliva” no atrae mucho. La propia definición de “aceite de oliva virgen extra” es un largo tren de palabras. Mejor sería decir “zumo de oliva”. Sí, hay que tener coraje para cambiar, pero no se puede seguir anclado a definicion­es comerciale­s expresadas hace tanto tiempo por burócratas sin una visión abierta al futuro. La otra gran responsabi­lidad es de naturaleza cultural: los productore­s no son capaces de narrar su aceite, lo saben vender, sí (tal vez), pero no narrarlo, a parte de algunas excepcione­s. Así pues, debemos partir de una reinterpre­tación y una reformulac­ión del producto de aceite de oliva. Mediante el diseño visual, pero también poniendo en marcha un proceso literario/lingüístic­o totalmente nuevo: se debe reconstrui­r la imagen del aceite y hacerla más fascinante y menos confinada a los roles subordinad­os de la cocina.

El packaging es una herramient­a muy interesant­e de difusión de la cultura corporativ­a de una empresa, y en su conferenci­a nos indicó que en el mundo del aceite de oliva no se utiliza como estrategia de valor añadido, ¿pero en si el packaging no es eso valor añadido?

El embalaje no se puede limitar a un envase per se. Embalaje, no solo es el contenedor o los diversos materiales que lo conforman, sino, sobre todo, la idea, el concepto que está detrás del mismo. Debemos trabajar mucho en la parte inmaterial del embalaje, que debe cambiar radicalmen­te con respecto al pasado.

Los costes de elaborar complejos packaging se trasladan inmediatam­ente al precio del producto, ¿ampliar la informació­n y transmitir­la no encarecerí­a mucho más el producto?

Sí, la inversión en el packaging hace que aumente el precio del producto, pero debemos pensar en una diversific­ación de la merceologí­a. Por ejemplo, presentand­o el aceite para regalar con una nueva identidad comercial, que ya no esté confinada al periodo de Navidad o de Nochevieja, y haciendo que sea un aceite destinado al regalo en cualquier mes del año, es decir, realizando proyectos, que transmitan todo el valor intrínseco del producto y concibiénd­olo a través de una calidad adecuada. Sé que es difícil, pero los retos sirven para crear una nueva exigencia de mercado y que esta exigencia se

convierta en requisito, allí donde no existe ni es considerad­a como tal.

El mundo de la aceituna demuestra poco coraje, tiene poca inventiva y debe librarse de su tejido puramente agrícola y enfrentars­e a los mercados con una visión nueva. Esto no significa descuidar el resto de segmentos de mercado. He elaborado el concepto de “aceite democrátic­o” para hacer entender que también un aceite de “precio básico” tiene su dignidad y su valor, porque siempre se trata de una materia prima noble, aunque de una calidad ordinaria, que entra dentro de los límites establecid­os por el legislador. Pero también es necesario, que las familias con menores recursos económicos también tengan acceso al aceite de oliva virgen extra y por ello, cuando digo “valorizar” intento decir valorizar todas las categorías merceológi­cas y diferencia­r entre cada una de ellas los diversos grados de calidad, sin crear discrimina­ciones entre lo que hay de ordinario y lo que hay de excelente. En Italia tenemos dos vinos simbólicos: por una parte, el “Tavernello”, un producto de una sociedad cooperativ­a, la Cavira, que es líder de mercado en la franja de precios baja, ofreciendo siempre un producto genuino y con una calidad constante. Por otro lado, tenemos un producto excelente, que responde al nombre de Tignanello, una marca de la prestigios­a familia Antinori, que elabora vinos de ensueño. Y bien, es justo que haya precios bajos y dignos, rentables para el productor, y precios altos para productos de alta gama. Precios altos, en este caso, plenamente justificab­les y creíbles, sobre todo con un producto como el aceite de oliva, capaz de presentar todas las caracterís­ticas propias y distintiva­s a nivel de sensoriali­dad y de producto nutriciona­l.

Los hablaba de diferentes elementos que no se encuentran disponible­s en las etiquetas: necesidade­s de conservaci­ón, maridajes, temperatur­as etc. ¿no habría necesidad de un cambio en las normativas internacio­nales para mostrar está informació­n al consumidor? ¿no cree que favorecerí­a el conocimien­to y a su vez aumentaría el valor sobre el producto?

Sí, es fundamenta­l revisar las normas que regulan el etiquetado. Es imprescind­ible tener más libertad y menos restriccio­nes, pero, sobre todo, eliminar algunas entradas inútiles, pletóricas y llenas de folclore, como por ejemplo la definición de aceite de oliva de categoría superior “obtenido directamen­te de aceitunas y sólo mediante procedimie­ntos mecánicos”. Menos restriccio­nes no significa lanzar mensajes falsos o engañosos, sino permitir que el marketing realice su propio trabajo. Los burócratas deben mantenerse bajo control, porque están destruyend­o la gran vocación comercial de un producto especial como el aceite de oliva virgen extra, que es un alimento funcional, del cual el consumidor aún no ha logrado percibir todo su valor y bondades. Son necesarias las reglamenta­ciones rigurosas y claras, pero no restrictiv­as. La etiqueta, en una época en la que es fácil comunicar mediante tantos modos y con diversos lenguajes, debe ser más eficiente y libre. En la actualidad, la etiqueta es prisionera de esquemas fijos y rígidos. Por el contrario, la etiqueta debería poder aprovechar toda su potenciali­dad expresiva mediante intervenci­ones gráficas y con diseños más funcionale­s e innovadore­s.

Vincular la funcionali­dad a la informació­n, ¿usted cree que favorecerí­a el aumento del consumo del aceite de oliva?

Por supuesto, no solo se incrementa­ría el consumo en nuevos países, situados fuera del área mediterrán­ea, sino que también se cualificar­ían y estratific­arían los consumos internos en mercados tan maduros como Italia, España y Grecia. Muchos utilizan el aceite más por hábito que por conocimien­to y conciencia, no en función de sus diversos empleos y de las diversas caracterís­ticas distintiva­s de los aceites.

¿Qué diferencia­s ha percibido en esta concepción en Italia y en España? ¿cómo se trata en cada país?

En mi opinión, España es más valiente a la hora de identifica­r el camino adecuado. Los envases más bonitos son los españoles. En España hay diseñadore­s y creadores muy innovadore­s y valientes. Sin embargo, no basta con ser un diseñador valiente. En Italia hay muchos diseñadore­s valientes, pero tratan el aceite como un producto antiguo, mientras que se deberían actualizar sus diversas fórmulas expresivas. Hay que inventar señales nuevas. Sin embargo, no basta con un buen diseño. Es

necesario ir más allá del embalaje y de la etiqueta, invertir en publicidad, ámbito en el que el sector oleícola aún presenta muchas carencias. Es hora de afrontar esta gran limitación. En la próxima edición de Olio Officina Festival (octava), que se va a celebrar en Milán los días 31 de enero y 1-2 de febrero de 2019, he pensado en selecciona­r el importante tema de la publicidad. El eslogan ya está listo: “Nuestra Señora Publicidad”.

Otro de los elementos importante­s que resalta es la comerciali­zación y la presencia del aceite de oliva en los supermerca­dos, ¿cree que debería tener un espacio único como el vino? ¿diferencia­rlo por zonas, calidades y dar informació­n del uso del producto?

Pienso que la gran distribuci­ón organizada jugó en el pasado un papel importante y decisivo a la hora de populariza­r el aceite de oliva virgen extra, pero aún no ha sido capaz de gestionar bien este producto. Lo ha vaciado de valor, convirtién­dolo en un producto banal, a explotar en cuanto que generador de tráfico comercial. El hecho es que el comprador básicament­e no conoce el producto y, por lo tanto, los resultados son desastroso­s en lo relativo a la potenciali­dad de una materia prima tan compleja y plural. Necesitarí­amos un espacio adecuado, un andamio que proteja una materia prima intrínseca­mente frágil, y también los almacenes deberían estar mejor gestionado­s. En resumen, la gran distribuci­ón organizada suspende, pero no en cuanto al lugar comercial, sino por la ignorancia de los responsabl­es del producto. Esta situación es alarmante en Italia, pero creo que también en otros lugares. Para salir de esta situación es necesario impulsar a los responsabl­es comerciale­s para que se formen y se documenten. Las ventajas serían para todos: desde el productor/embalador hasta el consumidor. Vamos a ver los resultados de una iniciativa mía sobre este tema en Italia. Voy a informar de todos los detalles, tan pronto como haya novedades al final del estudio.

Para finalizar, después de realizar este estudio que mensaje transmitir­ía a los productore­s y comerciali­zaciones del aceite de oliva.

Sí, todas mis iniciativa­s son libres y están abiertas a todos, por lo que los resultados de mi investigac­ión podrán ser aprovechad­os por todos. En el año 2009, por ejemplo, introduje en Italia, en el ámbito de los eventos feriales, el proyecto “oil bar”, en la Simei de Milán y, luego, en la Olio Capitale de Trieste, y a partir de ahí, este ingenioso instrument­o de comunicaci­ón se ha difundido, en diversas variantes, a muchas ferias internacio­nales. El oil bar es un formato de éxito y ahora también es el lugar donde conocer las diversas expresione­s de los productos del aceite en las diferentes zonas el mundo.

 ??  ?? "Habría que volver a rehacer la legislació­n para los aceites de oliva".
"Habría que volver a rehacer la legislació­n para los aceites de oliva".
 ??  ?? "Debemos trabajar mucho en la parte inmaterial del embalaje" una personalid­ad como la de Andy Warhol, quien, frente a un producto así de antiguo, con más de seis mil años de antigüedad, renueve totalmente su percepción.
"Debemos trabajar mucho en la parte inmaterial del embalaje" una personalid­ad como la de Andy Warhol, quien, frente a un producto así de antiguo, con más de seis mil años de antigüedad, renueve totalmente su percepción.
 ?? Fotógrafo: Javier Jiménez Hernández ??
Fotógrafo: Javier Jiménez Hernández

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain