Alarde tecnológico
The North Face Verto S6K Extreme Boots
Sobre el fabricante: la marca americana The North Face cubre las necesidades de todo tipo de ambiciones outdoor, incluyendo las que van más allá del humano corriente, como es su línea Summit Series, con la que Simone Moro se equipa para sus expediciones invernales a los ochomiles. Algunos de sus productos se han ganado un hueco entre los más innovadores del mercado, como ocurre con estas Verto S6K, todo un alarde tecnológico.
Características del producto: pensadas para afrontar desde actividades de alpinismo ligero hasta expediciones
en el Himalaya (el fabricante las aconseja para ascensiones que no superen los 6.000 m), estas botas totalmente cramponables cuentan con la suela Vibram Mulaz con Wick Dry, que evita la humedad en el pie (un escudo anti-ampollas). El chasis se cubre con unas polainas con cremallera y forro desmontable, y el empeine se ha cubierto con un aislamiento Primaloft de 200 g. Al aislamiento ayuda también el tratamiento aerogel en las zonas de los dedos, el talón y el bajo del pie. Nuestro test: si bien la prueba ha durado un par de meses, es cierto que no hemos superado la barrera impuesta por The Nort Face, permaneciendo a una relativa baja altitud con ellas, eso sí, en condiciones realmente exigentes. Las estrenábamos en Rjukan, la célebre escuela de escalada en hielo de Noruega, donde pudimos poner en jaque todas sus tecnologías.
Aunque es un error de novato, no pudimos calzárnoslas hasta el mismo día de la actividad por lo que temíamos ciertas molestias iniciales los primeros días. Primera sorpresa: se adaptan inmediatamente a la forma del pie, cómodas desde los primeros pasos, algo muy complicado de lograr en botas de construcción tan rígida. Las primeras 72 horas de test las pasamos bajo una intensa nevada, con temperaturas inferiores a los 10ºC bajo cero, abriendo huella con más de un metro de manto
blanco. El HydroSeal funcionó a la perfección, dejando el pie aislado del frío y la humedad con eficiencia absoluta. Les dimos bastante caña escalando algunas cascadas, y sin ser el calzado ideal para esta actividad (aunque son bastante ligeras, la sensibilidad se resiente al clavar los crampones) respondieron de forma excelente y, segunda gran sorpresa, evitando ese dolor habitual en los dedos al regresar a pie de vía, probablemente gracias a la protección de PU Smartlite que sirve para amortiguar los impactos, además
de presentar una superficie mayor en la zona metatarsal que facilita las escaladas
técnicas. A ello ayuda también la tecnología de la casa, Cradle, que estabiliza el pie forzándolo siempre a adoptar una posición correcta. Y en cuanto a su capacidad para aislarnos de las bajas temperaturas, sacar los pies calientes al terminar la actividad, después de no haber sentido ni una punzada tras
14 horas intensas y bajo cero, es uno de los muchos motivos para costearse este modelo, el mejor de su línea, aunque no el más económico (600€). Otro punto para el sobresaliente se lo lleva tanto su tracción como su adherencia, una de las carencias compartidas por muchas botas al enfrentarse al hielo: muy seguras y estables incluso en pendientes sin crampones (lo que no significa que sean siempre efectivas sobre estos terrenos). Ventajas: son muy ligeras (1.000 g) para todas las prestaciones que ofrecen. La marca no se ha dejado ni un detalle, como poner los cordones de cada pie de distinto color, así como un sistema de lazado súper sencillo. Las polainas incorporadas permiten pasar horas con los pies hundidos en nieve. El pie se encuentra totalmente aislado gracias a su plantilla de Eva Premion Northotic Pro, y los metatarsos tiene la misma suerte gracias a las almohadillas Ortholite. Desventajas: para muchos probablemente su precio. Lo entendemos. En estos tiempos 600€ para hacer una actividad ligera puede resultar insoportable para la conciencia. Aun así diremos que vale totalmente la pena, siendo uno de los modelos más resistentes y con mayor esperanza de vida del mercado. También puede resultar un poco complicado adaptarse al cierre de la polaina las primeras veces, lo que se supera tras un par de usos.