UNA DE LAS AVERÍAS EN CARRETERA MÁS FRECUENTES
Las estadísticas de las principales compañías de asistencia en carretera indican que buena parte de las averías que se producen en los desplazamientos de verano, especialmente en vehículos de más de 10 años, tienen su origen en el sistema de refrigeración, particularmente en las bombas de agua. Son fallos que suelen afectar al motor y terminan generando desperfectos más caros de reparar que el coste de un mantenimiento preventivo.
Las principales averías de la bomba de agua se relacionan con pérdidas de líquido refrigerante y pueden desembocar en fallo del motor o en la rotura de la correa de distribución. En este sentido, para detectar una posible avería a tiempo, por ejemplo, en el caso de percibir goteo del líquido refrigerante o ruidos metálicos cuando el motor está a ralentí, es recomendable acudir lo antes posible a un taller de reparación.
Asimismo, utilizar el líquido refrigerante correcto para cada vehículo es fundamental para el buen funcionamiento de la bomba y del circuito de refrigeración. Conviene revisar con frecuencia (también en verano) el líquido refrigerante (anticongelante) y no apurarlo demasiado: sustituirlo según lo establecido por el fabricante del vehículo. Y, muy importante, utilizar uno de baja calidad también interfiere negativamente en la vida de la bomba de agua.
En ocasiones, la sustitución de la correa de distribución también puede provocar una avería en la bomba de agua. Si se tensa demasiado, provocará un esfuerzo extra en el giro, de tal forma que el eje de la bomba, poco a poco, irá cediendo. Esto provocará una fuga de líquido o rozaduras en las palas de la hélice. Para evitar problemas, es recomendable cambiar en la misma reparación la correa y la bomba.