Año de cambios, año de retos
La automoción en España ha ido recuperando el paso en 2023 y, sobre todo, ha ido recuperando una actividad comercial que, en ejercicios anteriores, se había visto muy perjudicada por la rotura de la cadena de suministros y del stock. De hecho, el mercado se ha comportado mejor de lo esperado, acabando por encima de las 950.000 unidades, pero lejos de las cifras prepandemia. Tenemos la impresión de que el año ha tenido dos partes, una primera, en la que la falta de vehículos ha influido en la evolución de las matriculaciones; si bien, a medida que han ido sucediéndose los meses, la estabilidad en la producción de vehículos ha llegado a nuestros centros, siendo un factor clave que ha permitido una respuesta más efectiva en los puntos de distribución. La disponibilidad constante de stock ha contribuido a mantener la dinámica ascendente de las ventas, un escenario positivo en comparación con el año previo, cuando las ventas alcanzaron niveles bajos debido a las restricciones y la incertidumbre del mercado. En 2023, la industria ha seguido evolucionando, con cambios que han influido en la forma en la que los consumidores compran y llevan a cabo la adquisición de vehículos. La creciente conciencia sobre la movilidad sostenible ha permitido a nuestros empresarios diversificar sus ofertas. A pesar de los desafíos pasados, la resiliencia y adaptabilidad de la industria de automoción están brillando en este nuevo entorno. Estos crecimientos no sólo impulsan la economía global, sino que, además, sienta las bases para un futuro donde la movilidad sostenible y la innovación serán, más si cabe, un motor económico. De este modo, la industria está en camino de recuperarse y reinventarse, brindando esperanza y optimismo para 2024. La aceleración de la transformación digital ha sido fundamental en el entorno de la distribución y los concesionarios han adoptado soluciones más robustas y han personalizado la experiencia del cliente. La compra de vehículos en línea, la realidad virtual, las herramientas de personalización han redefinido la relación entre distribuidores y compradores o la respuesta ante la llegada de nuevos actores. En cuanto a las oportunidades, la creciente conciencia sobre la movilidad sostenible ha permitido al concesionario diversificar sus ofertas y responder a la demanda de vehículos más ecológicos. La expansión de servicios de suscripción de vehículos y la adopción de modelos de negocios innovadores también han sido áreas de crecimiento. El año que acaba ha confirmado la importancia de la posventa: el recambio ha aportado casi el 11% del total de los ingresos del concesionario, con el 31% de contribución, mientras que el taller lo hizo con el 5% de los ingresos y casi el 14% del resultado final. En conjunto, la posventa supone casi el 16% de la facturación y más del 43% de la contribución al resultado.
Mirando hacia el futuro, la distribución enfrenta un 2024 emocionante y con retos importantísimos. Se espera una recuperación, ya clara, de la cadena de suministro, lo que nos llevará, según nuestras previsiones, a rebasar el millón de vehículos comercializados. Con esta dinámica, el año que viene será clave para avanzar en la descarbonización de la movilidad. Necesitamos un punto de inflexión en las matriculaciones de vehículos electrificados, que pasa, necesariamente, por introducir mejoras en el Plan Moves. En concreto, necesitamos que, desde el Gobierno central, se ayude a las comunidades autónomas en la homogenización de su gestión del plan, así como que se busque la fórmula para que el comprador obtenga el descuento del vehículo en el mismo momento de la compra. Descarbonizar es también renovar el parque automovilístico. Pongamos en marcha, como estamos proponiendo a las comunidades autónomas, un “PIVE sin complejos”.
Un nuevo plan de renovación, bien diseñado y ejecutado, redundaría en una “movilidad para todos”, una idea que nos parece esencial en este momento de transición y de fuerte regulación para nuestro sector.
Me gustaría terminar haciendo referencia también al problema que supone la falta profesionales. En concreto, calculamos que el sector de la distribución y reparación de vehículos precisa contratar alrededor de 8.000 personas en la actualidad. Entre los factores que más dificultan la selección y la contratación se encuentra la escasez de profesionales o la gran competencia existente entre los propios concesionarios a la hora de captar talento. Particularmente, el área de la posventa se enfrenta a varios desafíos, entre los que destaca la caída del atractivo del sector para los jóvenes que inician su andadura profesional, lo cual es especialmente visible en el caso de los vehículos industriales y maquinaria agrícola. La red de concesionarios se enfrenta a la dificultad añadida de una imagen desvirtuada del taller, de tal forma que las nuevas generaciones no están teniendo en cuenta cómo ha evolucionado tanto en innovación –sobre todo en electrificación– como en la forma en la que operan los concesionarios, así como en las medidas destinadas a asegurar la motivación y la calidad en el trabajo.