A la vanguardia del crecimiento
La resistencia del sector químico al azote de la crisis económica sufrida en España en la última década se ve confirmada por las últimas macromagnitudes del sector. Sin ser ajeno del todo al decrecimiento que ha estado castigando a la economía todo este tiempo, ha forjado una favorable posición de motor económico al consolidar su contribución al Producto Industrial Bruto a nivel nacional. Sólo el pasado año se registró un máximo histórico de facturación impulsada por el crecimiento de la producción y el comportamiento de los precios internacionales.
En el camino, el sector ha contado con un tradicional y fiel aliado: el comercio exterior. La industria química española se mantiene como el segundo mayor exportador, reforzado el pasado año por la fortaleza de la demanda internacional de productos químicos, incluso de países extracomunitarios.
Irrenunciable ha sido y es, igualmente, una firme apuesta por la I+D, siempre considerado un factor clave de competitividad para la industria química española. No en vano se trata del sector industrial que destina más recursos a este ámbito, liderando también el empleo de personal investigador y la inversión en innovación.
No hay que olvidar la estabilidad y calidad del empleo que genera el sector, factores que se traducen en una creciente contratación indefinida y elevados niveles de retribución, así como de cualificación profesional.
Todo parece indicar que, superados ya los peores años de la crisis y con los principales indicadores a favor, se presenta un futuro donde no sólo se consolide, sino que se refuerce aún más el papel del sector químico español como impulsor económico en nuestro país.