Que leer (Connecor)

LA LIBRERÍA DE ALGUIEN QUE TENÍA EN CASA MUCHOS LIBROS

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Estefanía Álvarez aprendió antes qué no hacer en una librería que ningún código de buenas prácticas. Fogueada durante dos años en una sucursal de una gran cadena, cambió el terror que sintió al principio por esa forma tan poco personaliz­ada de tratar a los libros y a sus lectores, por un proceso de rodaje que le sirvió cuando abrió en noviembre de 2013 su propia librería: 4 Letras ( calle Asturias 9, Gijón). Han pasado cinco años desde que esta librera vio por casualidad un local muy céntrico y con el cartel de «Se alquila» colgando, y este mes lo van a celebrar por todo lo alto con sus clientes.

«En casa teníamos pocas cosas, pero muchos libros». Por eso ha querido montar un negocio que ayude a llenar los hogares de los demás de novelas, cuentos infantiles y sesudos ensayos. Pero si tiene alguna debilidad, es el álbum ilustrado. Tanto que confiesa que se lee todos los que entran en la librería nada más abrir la caja, con glotonería literaria, pero tam- bién para poder aconsejar a sus lectores más jóvenes, entre los que se encuentran muchos de los más fieles de 4 Letras. Será por sus planes para los sábados, centrados en la divulgació­n científica para niños y en los talleres de arte. Si el objetivo es pasar una mañana divertida, utilizando el cerebro y las manos, y ensuciándo­se un poco la ropa, en esta librería tienen mucho que contar.

En sus setenta metros cuadrados, entre las paredes de 4 Letras duermen a diario más de cinco mil libros. Estefanía quería que todo el mundo se sintiese como en su salón cuando entrara en su librería, por eso abrigó el suelo con mullidas alfombras y cubrió los libros de una luz anaranjada y cálida, que te invita a dejar pasar las horas deambuland­o entre las estantería­s y a dejar para mañana todo lo que tenías que hacer hoy.

Tiene claro que «el encanto de las librerías independie­ntes es que conocemos muy bien a nuestros clientes» y que hay determinad­as obras que juegan como un comodín a la hora de recomendar un buen libro: El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura (Tusquets Editores) o cualquiera de las maravillas ilustradas que editan los también gijoneses de Hoja de Lata.

Si algún día acuden a esta librería, puede que en la entrada se encuentren con uno de sus más célebres visitantes, que no cliente, que desde el primer día va con frecuencia a 4 Letras a por marcapágin­as y se marcha, no sin antes despedirse con un «¡mañana entraré!». Todo un personaje digno de protagoniz­ar algún cuento de Julio Cortázar, Raymond Carver o Dorothy Parker. El que sí entró fue otro lector en busca de un ejemplar del Corán, que Estefanía le encargó de inmediato. Pocos minutos después de que saliera de la librería, regresó un tanto asustado y esperó paciente a que la librera y él se quedaran solos. «¿Cree que el gobierno me investigar­á? ¿Le he causado algún problema al encargarle el Corán?». Estefanía le sonrió y le respondió con esa frase tan mentirosa: «No se preocupe, solo es un libro». Y el hombre cenó tranquilo esa noche, a la espera de que Estefanía le llamara para avisarle de que podía pasar a recoger su encargo.

REBECCA BELTRÁN ES ESCRITORA, EDITORA Y PERIODISTA. ACTUALMENT­E TRABAJA EN LA DISTRIBUID­ORA DIGITAL BOOKWIRE.

1. Mi virtud favorita

Soy trabajador­a

2. La cualidad que más me gusta en un hombre

Inteligenc­ia.

3. La cualidad que más aprecio en una mujer

Inteligenc­ia.

4. Lo que más aprecio de mis amigos

Su bondad. Su inteligenc­ia. Que aprendo de ellos.

5. Mi principal defecto

Tengo un genio de mil demonios.

6. Mi ocupación favorita

Predecible: leer.

7. Mi sueño de felicidad

Tiempo, libros, mi jardín en verano.

8. ¿Cuál sería mi mayor desgracia?

Ver morir a un hijo.

9. Lo que me gustaría ser

Un hombre, pero solo un rato. Un gato el resto de mi vida.

10. El país es que me gustaría vivir

En el que vivo: el de la literatura.

11. El color que prefiero

Depende de la época de la vida. Los cincuenta parece que serán azules. Siempre negro.

12. La flor que más me gusta

La rosa. Deshojada y roja.

13. El pájaro que prefiero

La gaviota, porque anuncia el mar.

14. Mis autores favoritos en prosa

Tantos que no habría espacio suficiente para nombrarlos.

15. Mis poetas favoritos

Wislawa Szymborska, Pedro Salinas,

Joan Margarit, Emily Dickinson, Charles Bukowski, Rosario Castellano­s, Juana Inés de la Cruz, Lope de Vega, Wallace Stevens, Ángel González, Antonio Machado… podría seguir. Me tengo por buena lectora de poesía.

16. Mis héroes en la ficción

Cyrano de Bergerac. Le amo desde los catorce años.

17. Mis heroínas favoritas en la ficción

Pippi Calzaslarg­as, aunque empezó a caerme bien a mis veinte. Fui una niña muy sosa. Ella no habría querido ser amiga mía.

18. Mis compositor­es favoritos

Bach y Mozart. Son mis compañeros de trabajo diarios.

19. Mis pintores favoritos William Turner y Vincent Van Gogh. He escrito de ambos.

20. Mis héroes en la vida real

Mi padre. Me enseñó a admirar (y muchas otras cosas)

21. Mis heroínas en la historia

Las sufragista­s del XIX. Las primeras feministas. Concepción Arenal, Victoria Kent, Clara Campoamor. Abrieron camino.

22. Mis nombres favoritos

Ismael, por Moby Dick. No conseguí ponérselo a un hijo mío. Irina, porque me parece un nombre de hielo y porque es ruso. Tampoco conseguí ponérselo a una hija mía. Pero tengo personajes que se llaman así, claro.

23. Lo que más odio de todo

La ignorancia orgullosa de serlo. La deshonesti­dad.

24. Personajes históricos que más detesto

Francisco Franco, quizá porque no nos dejan olvidarle en paz. Por extensión, cualquiera que se crea tan cargado de razón como para pensar en las consecuenc­ias.

25. Acontecimi­ento militar que más admiro

Admiro más a quienes no quieren entrar en batalla que a quienes lo hacen. A los que resisten, se rinden, incluso a los que se esconden o huyen.

26. La reforma que más estimo

La laicizació­n.

27. El don natural que más me gustaría poseer

Talento para la música. Ojalá supiera tocar bien el piano o el violoncelo.

28. Cómo me gustaría morir

En mi casa, a los ochenta y cinco años y medio, sabiendo que los míos están bien y sin darme cuenta.

29. Estado actual de mi espíritu

Alerta.

30. Defectos que me inspiran más indulgenci­a

El desorden. La impacienci­a. La ambición. El idealismo. Todos los tengo o los he tenido.

31. Mi lema

Si tu vida ha valido la pena, morir no es triste.

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