DIAS DE FIESTA
JO ANN BEARD MUÑECA INFINITA, TRADUCCIÓN DE INGA PELLISSA, 304 PP., 22,90 €
Lo imprevisto acaba sucediendo, aunque apenas libro adentro, sugiere el relato «Anoche»: «Ahora las dos estamos al borde, asomadas a él, contemplando el metafórico más allá». El motor narrativo del apólogo «Werner» es una psicótica determinación. Pero ¿cuál la motivación del interlocutor, víctima «de un tañido interior que no le deja nunca, ni por un momento, confundirse a sí mismo con el antiguo Werner»?
Cubre todos los detalles de la claridad la concisión de la prosa de la narradora estadounidense Jo
Ann Beard (Illinois, 1955). Su literario estoicismo nos ofrece modelos existenciales en argumentos relacionados con el principal placer que promulga la práctica de la escritura: no estar siempre de acuerdo con lo que uno escribe.
A través de una serie de provocativos juegos mentales, esta selección de cuentos Días de fiesta
(2021, Muñeca Infinita editorial, 2023, traducción de Inga Pellisa) nos fuerza repetidamente a reconsiderar nuestras edulcoraciones del presente: «Las niñas fingían ser madres mientras las madres fingían ser algo completamente distinto», leemos en el apólogo «Puede que sucediese»).
Hoy que la virtud ha dejado de ser omnisciente, se nos previene del providencial funcionamiento del universo. En el texto «La tumba de la lucha libre», se nos muestra el crudo realismo de la docente del Sarah Lawrence College («Cuando el tallo azul y delicado de tráquea quedó al descubierto, sin envolturas, el desconocido sintió que lo invadía una gran felicidad»).
Se escribe para alzar la voz, parece sugerir la composición «Cerca», pero ¿qué se pierde cuando uno calla? Entrelaza la ensayista norteamericana pasajes pastiche, fragmentos de un dossier que involucra voces, todas ellas poco fiables, a la búsqueda de «una meta elevada, la de imaginar trasladar las experiencias personales de una de un modo que instruya e ilumine, conmueva e inspire a otro ser humano».
En esta era de electrónicas misivas e intercambios de noticias interesadamente aviesas, el misterio de «Lo que buscas te busca a ti» se subdivide en tramas secundarias antes de resolverse gracias al ingenio de la Premio Merlán 1997: «Era el universo en movimiento extático. Había dos puertas y Joan dio un paso al frente y abrió la que no era».
En «Ahora», sin embargo, la indeterminación arroja ramas al fuego de la experimentación, forzándonos a reconsiderar la tendencia a mentirnos que «hace ondular los cortinajes del tiempo y el espacio y el color y la luz». Nos electrocutan las descargas de libertad del relato que da título a la colección, donde se afirma: «Estoy cansada de intentar describir cosas que no se pueden describir, así que fiaros de mí».
El igualitarismo proposicional de estas diatribas redunda en nuestros propios arreglos. Nos hablan estos
Días de fiesta, que nos ofrecen recetas universales para una felicidad, solo que puramente verbal. Nos invita la pensadora de El cuarto estado
de la materia (1996) a liberarnos de las ansiedades de contar, fomentando la igualdad de condiciones del silencio: su voluntad de prescindir de la certidumbre es lo que nos permite disfrutar de una lectura plena.