EL LÁSER, A LARGO PLAZO
La tecnología aplicada al mundo de la iluminación avanza a marchas forzadas. Desde el comienzo de la industria, los diferentes fabricantes de vehículos y componentes para automoción han trabajado en soluciones más eficientes para incrementar la visibilidad y, por tanto, la seguridad en las carreteras. Las luces de incandescencia dejaron paso a las halógenas, mucho más eficaces, y en los últimos años hemos visto cómo el xenón se ha ido abriendo paso como equipamiento opcional y de serie, sobre todo en modelos de gama media-alta y alta. Estas lámparas dan una luz más blanca, homogénea e intensa, lo que permite tener un campo de visión más amplio y, por consiguiente, reducir los tiempos de reacción ante un imprevisto. Los faros de led, más eficientes, ya han comenzado a llegar a las cadenas de montaje, aunque su uso como iluminación principal todavía es limitado. Su utilización, sin embargo, sí está muy extendida como luz diurna. Pero por encima de estas tecnologías, algunos fabricantes ya han presentado prototipos y modelos con faros láser, que presumen de una potencia sin igual con un consumo realmente bajo. En España, sin ir más lejos, BMW ya entregó en 2015 su primer coche con faros láser. Se trató de un BMW i8, cuyos faros láser (opcionales, los de serie son de led de alta intensidad) garantizan un haz de luz de hasta 600 metros con una temperatura de color muy similar a la de la luz de día (alrededor de 5.500 K). De momento, sólo marcas premium como Audi o BMW han apostado por su comercialización, ya que el precio sigue siendo muy elevado. En el caso del BMW i8, sin ir más lejos, equipar esta opción cuenta algo más de 11.500 euros. Veremos si en el futuro los fabricantes consiguen reducir sus costes para democratizar esta tecnología.