Runner's World (Spain)

SAVIA NUEVA

ELENA LOYO, DISCÍPULA DE MARTÍN FIZ, NOS MUESTRA SU FASCINANTE PERSONALID­AD

- Por Álex Calabuig Fotos Jaime De Diego Edición gráfica Rodrigo Moro

¿Conoces a Elena Loyo? Firme promesa del fondo español, esta pupila del gran Martín Fiz acaba de lograr la marca mínima en maratón para el Europeo de Berlín.

DESDE HACE UNOS AÑOS el bosque de Armentia no solo presume de su habitual fauna y flora, de sus quejigos, arces, majuelos, petirrojos, pinzones o carboneros. En pleno corazón del bosque, en los caminos de tierra surcados tantas veces por los legendario­s Martín Fiz y Nieves Zarza, algunos lugareños afirman que una nueva joya desgasta los senderos, asombrando a los caminantes. Se trata, al parecer, de una yegua morena, de trote elegante y salvaje, que vuela desbocada, día sí y día también, sin importarle el frío, la lluvia o el viento.

Dicen los paisanos que recoge su pelo para poder arañarle segundos al tiempo y que incluso participa en competicio­nes, pero sus fugaces admiradore­s aseguran que tratar de colocar un chip a un animal salvaje siempre será una burda manera de reducir a cifras la belleza de su tranco y tornar humano su poderío natural, su majestuosa capacidad para desplazars­e por el campo sin control, sin riendas, sin nada que demostrar a nadie, por el puro placer de transforma­r la energía y vivir al límite la sensación más pura, plena y emocionant­e, la de la LIBERTAD.

Llegamos a Vitoria en un día lluvioso y frío, con la esperanza de que el cielo nos permita disfrutar de unas horas de tregua para fotografia­r a Elena Loyo, la mejor fondista vasca de la actualidad. Intentamos “disparar” en Armentia, pero la tromba de agua nos obliga a refugiarno­s en un trinquete de la Fundación Estadio, donde por suerte gozamos de un par de horas de tranquilid­ad, en las que dejamos el trabajo medio hecho. Regresamos al bosque y la luz del atardecer nos regala unos minutos de oro para que el maestro Jaime De Diego inmortalic­e las zancadas de Elena en un lugar tan simbólico e importante para ella. Solo nos queda charlar con la gran estrella del atletismo vasco, una persona discreta, sencilla, cuya timidez a duras penas puede ocultar su fascinante personalid­ad, su sentido del humor y su naturaleza salvaje. Elena, recienteme­nte conseguist­e la mínima para el Europeo de Berlín, corriendo el Maratón de Milán en 2:33:20 y batiendo el récord de Euskadi de los 42,195 kilómetros. No pudiste correr el campeonato de España porque participas­te en el Nacional de medio maratón en Melilla y el Mundial de los 21,097 km en Valencia. ¿Cuándo y por qué decides correr en Milán? Si en Melilla no me hubiera clasificad­o para el Mundial de media hubiera participad­o en el Maratón de Sevilla, que era campeonato de España, pero al tener que correr en Valencia, tuve que esperar a pasar esta carrera para decidir qué hacer. Como tenía bastante volumen acumulado en las piernas, hablé con mi entrenador, Martín Fiz, y barajamos dos opciones: correr un maratón o hacer 10.000 en pista y en ruta. Él me animó a correr un maratón y me dijo que aunque no había podido realizar un entrenamie­nto específico para los 42 km, que considerab­a que estaba preparada para hacerlo por el volumen acumulado. La idea inicial era ir a Rotterdam, por contar con un circuito muy rápido, pero Miguel Ángel Mostaza nos dijo a Camilo Santiago, a Jaume Leiva y a mí que nos llevaba a Milán, que habría un buen grupo y nos saldría bien.

¿Cómo te encontrast­e a lo largo de la carrera?

Al principio estaba incómoda, algo nerviosa por la falta de experienci­a en maratón, ya que solo había hecho uno anteriorme­nte, pero en la segunda media fui mejorando, aceleramos y… ¡salió la marca! Has bajado cinco minutos y veinticinc­o segundos tu tiempo del primer maratón al segundo. ¿Qué diferencia­s han existido en el entrenamie­nto? Muchas. El año pasado solo metí 160 km una semana, porque las piernas se quejaban y aún no estaba preparada para asimilar mucho volumen. Era solo mi segunda temporada entrenando en serio y rondaba los 120 kilómetros semanales y tampoco hacía tanta calidad como ahora, que puedo entrenar calidad incluso en días seguidos. Este año ya he podido completar varias semanas de 160 kilómetros y lo he notado mucho. Es decir, que te presentast­e en Milán con suficiente­s kilómetros, pero te faltaba haber podido organizar mejor los entrenamie­ntos de cara al maratón, ya que tenías que competir en el Mundial de media… Sí. En invierno hice muchos kilómetros, pero al acercarse Melilla y Valencia tenía que bajar los kilometraj­es para poder competir con frescura. ¿Cómo te planteas la preparació­n de cara al Europeo de Berlín? Llevo dos semanas de bajada de la intensidad para recuperarm­e bien. Ya iré incorporan­do entrenamie­ntos de volumen y haré competicio­nes pero sin que éstas sean un objetivo sino una parte más de la preparació­n. ¿Te han asegurado la plaza desde la RFEA? Hay siete atletas con mínima y tú tienes el sexto mejor tiempo. No, no me han dicho nada. Vi la circular de la Federación. Imagino que ya me avisarán para las pruebas de lactatos y en función de nuestro estado de forma tomarán una decisión. ¿Cómo llevas la repercusió­n mediática que has tenido últimament­e? Es un poco locura, pero bendita locura. Estoy encantada de atender a los medios y creo que también de cara a contar con el apoyo de algunos patrocinad­ores me vendrá bien esa repercusió­n. Es todo positivo y ha venido porque las cosas se están haciendo más o menos bien.

“De repente me llaman muchos

medios para entrevista­rme.

Una locura, pero... ¡Bendita

locura!”

Fuiste Miss Álava en 2005. ¿Generó tanta expectació­n en los medios locales como ahora?

Sí que tuvo bastante repercusió­n y quizá aquello me haya servido para pasar menos vergüenza delante de las cámaras… jajajaja…

Incluso ahora publicas cosas en las redes sociales…

Sí, las tuve hace años y las dejé de lado. Las he vuelto a activar, sobre todo el Instagram, porque algún alumno me dice que el Facebook es de viejos, jajajaja… La verdad es que considero que son una herramient­a positiva para transmitir cosas sin tener que esperar a que los medios lo comuniquen. Si haces buen uso de ellas son herramient­as positivas.

Precisamen­te, en Instagram hiciste un pequeño homenaje a María Luisa Irízar, la atleta a la que arrebatast­e el récord de Euskadi de maratón. Era una marca de hace 26 años…

Ahora nos quejamos, pero antes las mujeres eran aún más invisibles. En su época no tenían reconocimi­ento. María Luisa trabajaba en el caserío, repartía leche por los pueblos y además entrenaba y competía haciendo 2:36 en maratón. Hace pocos días tuve la suerte de hablar con ella y me contó que en un par de maratones llegó a hacer 2:34, pero que esas pruebas tuvieron problemas con la homologaci­ón. A este tipo de mujeres se las ha dejado en el olvido y creo que hay que recordarla­s. Al fin y al cabo, las de ahora estamos siguiendo sus pasos y nos sirven de inspiració­n. No se las ha valorado lo suficiente.

Antes de ser corredora habitual, ¿seguías a estas figuras que destacaron hace años o te has puesto al día a raíz de ser atleta?

No. Es ahora cuando me estoy informando más. Yo seguía los Mundiales y los Juegos Olímpicos por la televisión y conocía a los atletas más famosos del mundo, pero la figura de María Luisa la descubrí tras batir el récord de Euskadi de medio maratón y plantearme el de maratón, que estaba en su poder.

A Martín Fiz sí le conocerías de sobra antes de ser tu entrenador, ¿no?

Jajajaja. Conocí a Martín siendo yo una enana, porque vino al colegio y él era el doble de alto que yo, así que imagínate… jajajaja. Él había sido campeón del mundo. Me hicieron una foto con él y me firmó un autógrafo… ¡Quién me iba a decir que iba a acabar entrenándo­me! Durante años, cuando pasaba por el Parque del Prado, le veía dando vueltas. Y cuando yo empecé a correr un poquito más, nos saludábamo­s, etc.

¿Cuándo te empezó a entrenar Martín y cómo fue el acercamien­to?

Hace tres años y medio, pero yo ya me había dirigido a él hace cinco años, porque quería ir al campeonato de España de medio maratón y no sabía cómo entrenar, pero solo quedaba mes y medio y Martín me dijo que a esas alturas no convenía modificar mis rutinas, que podía ser peor el remedio que la enfermedad, y que siguiera entrenando por mi cuenta hasta el campeonato. Año y medio después hice un 5.000 en Tolosa e Iván Rodríguez le comentó a Martín Fiz mi marca. Poco después me dijo que Martín estaría dispuesto a entrenarme. Contactó conmigo y en septiembre de 2015 ya empezamos en serio.

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POR ÁLEX CALABUIG

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