ASOMBROSO
UN ATLETA ETERNO. Es la viva imagen de la pasión. Va camino de los 44 tacos (le caen el 12 de diciembre), tiene una plata y un bronce olímpicos en 1.500, títulos mundiales en esa distancia, 3.000 y 5.000 m (10 preseas en total sumando aire libre y pista cubierta)... y sigue en la brecha. No lo hace por fama ni por dinero. Lo hace porque es un corredor hasta límites insospechados. Y lo hace muy bien, porque, si el talento se diluye con el paso del tiempo, no es su caso. Concluyó el 31º, segundo del equipo estadounidense con 1:02:16. Miren la foto, la amplitud de la zancada, la definicón de sus piernas... Y disfruten del lujo de creer que Bernard Lagat nunca se acaba.